El derrame de 40 millones de litros de químicos a los ríos Bacanuchi y Sonora provocó que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ordenara el cierre de más de 700 pozos localizados en un radio de 500 metros en los costados de los cauces.

Lo anterior, como parte del protocolo de seguridad que implementó la dependencia ante la emergencia que afecta a 7 municipios sonorenses, dijo en entrevista el Comisionado David Korenfeld.

"El protocolo establece que tenemos que cuidar los dos lados del río, con 500 metros de cada lado, lo que hace que no se pueda tomar agua del propio río ni de ningún pozo que esté en ese radio (entre 700 y 900 pozos).

"Si hubiera un pozo después de los 500 metros, el sistema de salud local puede certificar la posibilidad de utilizarlo", explicó.

Pero a una semana del incidente en la mina de Buenaventura del Cobre, en Cananea, los pobladores de Arizpe, Ures, Hermosillo, San Felipe de Jesús, Aconchi, Baviácora, Banámichi comienzan a resentir la falta del líquido.

Incluso, en los tres últimos se dieron brotes de protesta por falta de agua.

"Me informaron que había problemas no sólo de agua sino de dónde ponerla, porque no tenían depósitos", señaló Korenfeld, quien el miércoles viajó a Hermosillo.

"Algunos municipios nos pidieron depósitos provisionales como grandes tinacos para poder almacenar y les estamos apoyando".

Ayer, las autoridades aumentaron la distribución de agua en los pueblos a través de varias vías.

Elementos de la Conagua instalaron en Baviácora una potabilizadora; a una cuadra de ahí, empleados de Grupo México llevaron 900 garrafones de agua purificada, mientras pipas de Conagua y de la mina causante del desastre ecológico circulaban por las calles.

Escenas similares se vivían en municipios de Aconchi, Banámichi o Arizpe, donde viernes 8 y sábado 9 de agosto llegó la corriente tóxica y se debió suspender el suministro de agua por la red domiciliaria.

"Muchas de las familias aún no han recibido agua purificada. Estuvimos entregando aproximadamente 8 mil litros. La gente llevaba hasta un día, un día y medio sin agua", relató Gustavo Donnadieu, director de la Cruz Roja de Hermosillo.

Al igual que en Aconchi, donde tomaron la Presidencia Municipal, en Baviácora y Banámichi la gente se desesperó ante el insuficiente reparto de agua en pipas y los garrafones de 20 litros de agua purificada que en ocasiones eran el único suministro en un día para una familia.

"Sí, hubo bastantes problemas. La gente empezaba a desesperarse", comentó María Dolores Noriega, regidora de Baviácora.

En Ures, donde apenas el lunes cortaron el suministro, en ejidos como San Pedro el agua que tenían en tanques les sirvió para surtir a la población durante dos días; sin embargo, la ayuda también llegó en forma de botellas de agua purificada.

El Comisionado David Korenfeld dijo que aún se desconoce cuándo se podrá levantar la emergencia.