Descuidan la seguridad por limpiar placitas

Ciudad Obregón, a 30 de Agosto 2014.- Este sábado, casi en punto del medio día,  cuando se encontraba en la colonia Ampliación Alameda, en Cajeme, Ernesto Munro Palacio alcanzó a escuchar el sonido hueco de los más de tres balazos que acabaron con la vida de Eduardo Arias Franco, de 21 años de edad.

El asesinato del joven ocurrió en la calle Nubia, entre Industriales y Bombasa. A unas cuantas cuadras, el  Secretario de Seguridad Pública del Estado hacía promoción al gobierno de Guillermo Padrés, cobijado con el pretexto de realizar trabajo comunitario al rehabilitar espacios públicos para la ciudadanía.

La misión de la Secretaría de Seguridad Pública, de acuerdo con su sitio en internet, es “conservar la paz y el orden públicos que permitan el desarrollo de la sociedad”, sin embargo, los hechos demuestran la incapacidad que tiene la dependencia.

TEMA POLITIZADO

Más allá, el tema de seguridad en el estado ha sido politizado. De acuerdo con el secretario del Ayuntamiento, Antonio Alvídrez Labrado, el pintar parques y canchas deportivas con los colores (oficiales del  Nuevo Sonora) gris, blanco y azul, violan un acuerdo firmado entre el Ayuntamiento de Cajeme y el gobierno estatal a través de Sergio Encinas Meléndrez, coordinador de Vinculación de la Secretaría de Seguridad Pública y Claudia Sandoval Piza, coordinadora de Vinculación en Cajeme de la Secretaría de Seguridad Pública.

El pasado 09 de abril de 2014, en entrevista, Munro Palacio declaró que de “estar en el lugar de la autoridad Municipal pediría más ayuda al Estado para que vengamos  y les ayudemos”; por el contrario, las autoridades municipales de Cajeme denuncian abandono en el tema de seguridad.

De acuerdo con el alcalde de Cajeme, elementos de la Policía Estatal Investigadora no participan en operativos, luego que éstos dejaron de coordinarse con la Secretaría de Seguridad Pública Municipal.

Señaló que no se tuvo una notificación del motivo por el cual los elementos del estado dejaron de participar en las labores conjuntas.

Mientras esto sucede, Munro Palacio trata de rehabilitar y darle una manita de gato no a los espacios públicos, sino a una desgastada imagen del Gobierno del Estado, que ahora ha tomado como bandera política el tema de la seguridad

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