ABUNDANTE OFRENDA, UMBRAL DE CÁMARAS BAJO EL TEMPLO DELA SERPIENTE EMPLUMADA


 De 2009 a la fecha se han invertido 14 millones de pesos en el proyecto Tlalocan. Camino bajo la tierra, de ellos, 2 millones 700 mil se han otorgado en este año

 

 Los resultados preliminares de los estudios se darán a conocer en un simposio que se llevará a cabo este 30 y 31 de octubre, en el Museo Nacional de Antropología

 

 

En el anuncio de las últimas exploraciones del proyecto Tlalocan, las cuales han conducido al umbral de tres cámaras que se encuentran bajo el Templo de la Serpiente Emplumada, en Teotihuacan, Teresa Franco, directora general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), expresó que ésta y otras investigaciones que se desarrollan en la institución generan vínculos que conducen a una relectura de las grandes áreas culturales de Mesoamérica y Aridoamérica.

 

El proyecto Tlalocan. Camino bajo la tierra y las iniciativas que se tienen en otros espacios y estructuras de Teotihuacan, como las pirámides del Sol y de la Luna, o los barrios Oaxaqueño y de La Ventilla —manifestó—, son constancia de los estudios sistemáticos que se realizan en la zona arqueológica, dando lugar a la confrontación de datos, a la revisión de hipótesis e, incluso, a cotejar la cronología de una metrópoli que se desarrolló a lo largo de ocho siglos.

 

 En compañía de César Moheno, secretario técnico del INAH, y de Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador nacional de Arqueología, y Sergio Gómez, director del proyecto Tlalocan, Teresa Franco dio énfasis a la labor multidisciplinar de esta investigación, la cual se ha valido de avanzadas herramientas tecnológicas, como el georradar, el escaneo láser y un par de robots desarrollados por egresados del Instituto Politécnico Nacional.

 

La información derivada de su uso ha permitido encaminar las excavaciones a la recta final del conducto, que fue clausurado hace mil 800 años por los propios teotihuacanos.

 

Ante los medios de comunicación reunidos en el Museo Nacional de Antropología, con motivo del anuncio de la ofrenda descubierta en las exploraciones, la más rica hallada hasta el momento y que precede a la entrada de las tres cámaras, Teresa Franco hizo un reconocimiento al líder del proyecto, el arqueólogo Sergio Gómez Chávez, así como al equipo de investigadores conformado por la doctora Julie Gazzola, los arqueólogos Jorge Zavala, Alejandra González, Ulises Lina, Jorge Méndez, Gabriel Alva y Gabino López.

 

En el marco del 75 aniversario del INAH, dijo, es necesario también reconocer a los trabajadores manuales, quienes representan una parte sustancial de su quehacer. Tlalocan. Camino bajo la tierra es ejemplo de ello, pues al menos 25 trabajadores, entre ellos el señor Julio Alva, descendiente del cronista texcocano Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, han hecho esfuerzos por “acondicionar” este túnel, lo que ha requerido el retiro de 970 toneladas de tierra y piedras.

 

Además de apoyar la tarea interdisciplinaria y tiempos que requiere, Teresa Franco señaló que el INAH, con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, seguirá destinando importantes recursos financieros a este proyecto. De 2009 a la fecha se han invertido 14 millones de pesos, de ellos, 2 millones 700 mil se han otorgado en este año.

 

Los resultados de las investigaciones —concluyó— demuestran la trascendencia de “una gran propuesta de intercomunicación científica”. Anunció que los datos preliminares de las investigaciones del proyecto Tlalocan. Camino bajo la tierra se darán a conocer en un simposio que se llevará a cabo este jueves y viernes, 30 y 31 de octubre, en el Museo Nacional de Antropología.

 

En el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún se compartirán los resultados del estudio de la lapidaria encontrada, de restos de fauna y de semillas comestibles, de objetos de madera, ámbar y pelotas de hule ubicados en depósitos rituales. Esto sin contar las conferencias dedicadas a las aplicaciones de las espectroscopías infrarroja y Raman, o la detección de radón, un gas radioactivo, en el túnel.

 

El arqueólogo Sergio Gómez Chávez hizo un breve recuento de los trabajos que comenzaron hace 11 años con un hecho fortuito, cuando una mañana de octubre, las intensas lluvias dejaron abierta una oquedad de 83 centímetros, frente al Edificio Adosado de La Ciudadela

 

Se trataba en realidad de un tiro de 15 metros de profundidad que conducía a un túnel de aproximadamente 120 m de longitud, hasta llegar bajo el Templo de la Serpiente Emplumada. Los arqueólogos del INAH se encuentran ahora en el metro 103, donde descubrieron la abundante ofrenda que abarca 4 m de ancho y 8 m de largo.

 

Localizada a 18 metros de profundidad, esta ofrenda, la número 48, es el anuncio de que algo muy importante se encuentra dispuesto dentro de las grandes tres cámaras que le suceden (de 3-4 m de ancho y más de 4 m de altura), quizá los restos de personajes ligados a la estructura de poder de Teotihuacan, comentó Sergio Gómez Chávez.

 

La ofrenda estaba compuesta por cuatro esculturas antropomorfas de piedra verde, de 65 cm, decenas de grandes caracoles (algunos de 55 cm de longitud) procedentes del Golfo de México y el Mar Caribe, miles de cuentas de diversos materiales, jade importado de Guatemala, pelotas de hule, huesos y restos de pelo de grandes felinos, esqueletos de escarabajos, discos de pirita y una caja de madera que contenía decenas de conchas trabajadas.

 

“Conforme vamos avanzando en el trabajo de exploración, las ofrendas van siendo cada vez más numerosas, ricas y variadas”, expresó. Aparte del más reciente depósito, en los últimos tramos del túnel se han recuperado “más de 4 mil objetos de madera en perfecto estado de conservación, más de 15 mil semillas de diferentes plantas y restos de piel, posiblemente humana, que se someterá a análisis”.

 

Cabe mencionar —anotó— que toda esta actividad ritual se realizó hacia 150- 200 d.C., en la fase Miccaotli, cuando se modificó en tres grados toda la traza de Teotihuacan, para lo cual se derrumbaron estructuras previas. En el caso de La Ciudadela se han encontrado vestigios de una pirámide previa al Templo de la Serpiente Emplumada, así como de una cancha de Juego de Pelota de 137 m de longitud, a 100 m de la entrada del túnel.

 

“Tenemos todas las evidencias que corroboran que la Ciudadela era utilizada como un santuario para recrear no sólo los mitos de la creación original, sino también con fines políticos. Seguramente las estructuras de poder utilizaban este espacio para justificar su ejercicio”.

 

Concluyó que el simposio, que se desarrollará de 10 a 16 horas en el Museo Nacional de Antropología, representa un alto en el camino para reflexionar, toda vez que el año entrante concluirán las exploraciones del túnel del Templo de la Serpiente, para dar paso a una larga fase de gabinete y “escribir una historia que apenas comienza”. 

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