En una presentación inédita en la historia política de Sonora, el gobernador Guillermo Padrés y sus hermanos salieron a hacerle frente a las acusaciones de enriquecimiento inexplicable, aunque en lugar de aclarar las dudas las agrandaron al informar que tenían propiedades por 261 millones de pesos en esta entidad, aunque se sospecha que tienen y esconden mucho más.
El gobernador y sus hermanos Héctor, Miguel y Julio Cesar Padrés Elías se sentaron en el banquillo de los acusados de manera voluntaria en un hotel de Hermosillo, para ser cuestionados por periodistas de diversos medios sobre la fortuna familiar que se supone se hizo al amparo del poder de Guillermo, lo cual rechazan al asegurar que tienen propiedades desde 1925, muchas de las cuales declararon como herencias familiares.
Dicen los que saben que el gobernador Padrés y su familia se están “curando en salud” al presentarse como muy transparentes en sus patrimonios, antes de que salga a la luz pública un reportaje en el influyente periódico The Wall Street Journal, de Estados Unidos, donde se detallan las millonarias propiedades e inversiones del mandatario sonorense y sus familiares.
Resulta extraño que de manera sorpresiva el gobernador Padrés pretenda ser transparente en sus finanzas personales, pues la opacidad ha sido el sello distintivo de este gobierno panista, ya que hasta han rechazado la solicitud del PRI de informar sobre el manejo financiero de la Casa de Gobierno por citar solo un pequeño ejemplo, porque hasta la fecha se desconocen a donde fueron a parar los desvíos por diez mil millones de pesos detectados por el ISAF en las cuentas públicas de los últimos años, como tampoco se sabe dónde quedó el dinero del desfalco por dos mil millones de pesos al Fondo de Pensiones del Isssteson o el crédito por 600 millones de pesos para modernizar el transporte.
De plano fue una mala jugada. La presentación de los hermanos Padrés ya es comparada con el error político cometido por los socios de la Guardería ABC, de presentarse como inocentes, siendo que ya estaban acusados, juzgados y sentenciados como culpables por la opinión pública.
Las declaraciones de buena fe de los socios de la estancia infantil cuyas fallas de seguridad causaron la muerte de 49 niños, no cambió en nada la percepción ciudadana de que eran tan culpables como el IMSS y otros funcionarios por la muerte de los niños.
Igual está el gobernador y su familia, con su declaración patrimonial de buena fe, no cambiará en nada la percepción ciudadana de que la millonaria fortuna no es producto de herencia ni del esfuerzo familiar, sino fue obtenida por el desfalco a las finanzas estatales, por el cobro del 30 por ciento de “mochadas” a los proveedores, y violando leyes estatales y federales.
No dudamos que desde 1925 los Padrés tengan propiedades y las hayan hecho producir, pero en el caso específico del Rancho Pozo Nuevo donde se construyó una millonaria presa para regar 300 hectáreas de nogal, rebeca Villanueva de “Sonora Transparente” ha denunciado que en el 2009 tenía un costo de cinco millones de pesos y que en la actualidad tiene un valor comercial de 350 millones pesos, pero en la declaración patrimonial hecha pública ayer los Padrés lo presentan con un costo de solo 52 millones de pesos.
El gobernador Padrés como portavoz de los cuatro hermanos en la inédita conferencia de prensa, informó que junto con sus tres hermanos poseen entre 17 mil y 18 mil hectáreas de terrenos, entre ranchos, lotes rústicos, casas habitación, campos agrícolas y lotes residenciales en diversos municipios, muchos de los bienes asegura que son producto de la herencia familiar y alcanzan un monto mayor a los 261 millones de pesos.
