El ‘Padre Iván’ un fenómeno de análisis social



 

El sacerdote que en Agua Prieta Sonora dejó las misas y la iglesia por los mítines políticos es más que una atractiva noticia en los medios nacionales e internacionales; el caso del ‘Padre Iván’ como se le conoce, es una situación atípica y una muestra de la necesidad de la sociedad por encontrar esquemas distintos a los que ofrecen los partidos políticos hoy en día.

 

El hartazgo de la sociedad en los pobres resultados del sistema político mexicano ya no es noticia. Que un padre cuelgue los hábitos para buscar ayudar a una sociedad sumida en la desesperanza, sí que lo es.

 

Iván Bernal Zamora llegó en 2003 como párroco de la ciudad y la empatía con las condiciones de una zona fronteriza fue casi inmediata; estableció un comedor para migrantes y se ganó la confianza de los aguapretenses, pero dice que ha llegado el momento de servir a su comunidad de otra forma, pues está cansado igual que todos de ver a un pueblo sumido cada vez más en la pobreza, la inseguridad y la corrupción.

 

Los políticos son vistos como un extracto separado del resto de la sociedad por su dinero y su poder, actores que fomentan la corrupción; mientras que los partidos comienzan a verse como entes que limitan el desarrollo y trabajan en un sistema de autoprotección y reproducción en detrimento del país.

 

Sonora no es excepción, pero Agua Prieta sí y por una sencilla razón: Desde hace 20 años una sola familia está apoderada literalmente de la ciudad y mantiene el control político, social y económico de sus habitantes, descansada en un sistema democrático (si así se le puede llamar) de votos a cambio de dádivas, regalías y beneficios a líderes sociales.

 

Como en todo el país, en Agua Prieta la sociedad está pidiendo alguien que no aparezca de pronto de entre un puñado de políticos como mago con un saco de promesas y discursos huecos, sino un personaje con identidad propia, con libertad de acción y liderazgo social que encabece una lucha social contra un autoritarismo cómodamente establecido en los márgenes de la democracia.

 

Un caso único en México, donde desde hace dos décadas el esposo Vicente Terán es alcalde y la esposa es diputada; al siguiente período se intercambian los cargos y al siguiente otra vez; de modo que este próximo mes de junio él va por cuarta ocasión como candidato a alcalde, actualmente es diputado por supuesto, y ella es la Presidenta Municipal Irma Villalobos. Esta ocasión va también y por primera vez la hija de ambos a una diputación.

 

¡Ya basta! Dice el ‘Padre Iván’ quien ante el clérigo ha expuesto la desesperante situación de los habitantes de su comunidad para pedir separarse de su cargo como sacerdote y encabezar la lucha social, pues los aguapretenses ante la falta de credibilidad en los partidos políticos le han pedido que sea él quien haga algo para romper este círculo vicioso.

 

CNN, El Universal, Milenio, Grupo Reforma, las principales cadenas de televisión de México e hispanas en Estados Unidos han dado a conocer en el último mes la historia de “El Padre que dejó las misas por los mítines políticos en Sonora”; pero hay mucho de fondo en esta noticia, hay muchos años de injusticia, cansancio, miedo, tolerancia y desesperanza de un pueblo.

 

Los cargos públicos debieran ser espacios de servicio, no de poder; lamentablemente se ha distorsionado tanto el sentido de gobernar gracias a que los políticos en México tienen todo el poder a través de los partidos y la sociedad tan poco poder, que hoy es difícil equilibrar la balanza.

 

Sólo un suceso inesperado, algo diferente, un golpe de conciencias como el que está generando la renuncia del ‘Padre Iván’ al clérigo para buscar la alcaldía del municipio puede romper esquemas.

 

Ahí están también los casos de los autodefensas en  Michoacán, líderes sociales como Hipólito Mora que a horas de quedar en libertad tras su encarcelamiento hace dos semanas anunció que buscará una diputación plurinominal; mientras que otro de sus compañeros aún preso, José Manuel Mireles, enviará como candidata a una de sus hermanas Victoria Mireles, ante la imposibilidad de hacerlo él mismo, ambos por uno de los partidos de reciente creación.

 

Agua Prieta es un fenómeno social para observar y dar seguimiento por lo que simboliza: la credibilidad y confianza de un pueblo en quien hasta hace poco representaba lo único en lo que aún creen muchas personas, la religión o el culto a un ser superior como único motor de fe en un contexto de desesperanza y abandono de sus autoridades.

 

El resultado en los próximos comicios y posteriores a éstos en buena medida pudiera marcar un precedente sobre la actuación de líderes religiosos o sociales y la respuesta de los ciudadanos hacia éstos hombres apolíticos, libres de todo prejuicio poder y corrupción que antecede al político tradicional.

 

Estos fenómenos son indicativos de una posible preparación hacia un despertar cívico, un ciclo natural e inevitable que va buscando la ocasión y los medios para manifestarse, son parte de los cambios cíclicos y necesarios para el desarrollo de un país.

 

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico davidfigueroao@me.com; y  en redes sociales:  Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.

Reseña: David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.

 

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