La oferta política en crisis

A cada momento dicen que privilegiarán la propuesta sobre otras cosas… pero no es así. Los candidatos del PAN sufren durante cada entrevista televisiva o radiofónica, rogándole a Dios que no les pregunten sobre el estado que guardan los asuntos del gobierno estatal. Para ellos sería demasiado arriesgado e  incómodo el tener que abordar con espíritu crítico los problemas del gobierno al que pertenecieron (corrupción, moches, abusos de poder, falta de respeto a las instituciones, desviación de recursos para campañas políticas, etc.) y los saldos que dejan. Es la cruda realidad estatal, fruto de la ineficacia y la improvisación, y el discurso político de los candidatos oficiales.

La crisis y el hartazgo social con el gobierno del PAN al que representan y la realidad edulcorada del discurso oficial de su partido, elevada por las agencias de publicidad, los ha metido en un auténtico callejón sin salida. Están entrampados en ese dilema y, en esa contradicción, no parece que hagan algo para quitarse ese fardo de encima.

El problema para sus adversarios del PRI y las izquierdas es que están  batallando enormidades para transformar ese clima de irritación y hartazgo social contra el gobierno en votos para ellos. Y es que no ha sido en balde tanto gasto del gobierno en publicidad, en inversión para sus candidatos, en espectaculares y en explotar sus programas supuestamente exitosos: Los uniformes escolares, los zapatos, el gas natural y la controvertida obra hidráulica.

¿Qué es eso de la famosa propuesta que manejan con tanto ímpetu los candidatos del PAN? Nadie hasta ahora lo sabe a ciencia cierta. Manejar el término “propuesta” se ha convertido en: a) una especie de tabla de salvación para eludir la autocrítica; b) para no reconocer los errores del gobierno que representan; c) tratar de transitar las campañas por la vía de la auto complacencia sobre una situación que para ellos es semi perfecta; y d) simplificar la realidad para que nadie piense, porque saben que “cuando lo que está en juego es los suficientemente grave, las reglas dejan de aplicarse, está en sus genes”; les falta nada más agregar que son el primer gobierno de Sonora en 70 años que hace bien las cosas… como lo reitera a cada rato su líder principal.

Frases hechas, como esas de que “En mi tierra la confianza no se regala” (sic) -¡Oh, descubrimiento! De haberlo sabido antes no se hubieran elaborado sofisticados procedimientos para ganar la confianza a base de dádivas, regalos o compra de lealtades, porque es eso en efecto, la confianza del pueblo, la que han perdido en menos de seis años-; “Se gana cumpliendo lo que se promete” (sic) -¡Oh! Prometieron un cambio y no lo hicieron porque solo reeditaron los vicios del pasado que tanto criticaban y han falseado las cifras de un progreso que solo existe en las cuentas oficiales y en su enorme experiencia en triquiñuelas legales… ¡De haberlo sabido!-; “Se gana trabajando todos los días para cumplir” -Después de tanto cinismo, uno termina por entender las razones de que a los 113 candidatos del PAN les hayan hecho la misma propaganda que cierra con la misma frase para todo: “Sí se hace” (sic)-.

También enfatizan: “Se habla de frente y se da la cara” (sic) -¿A qué hora, dónde y cuándo?-. De nuevo, la exaltación del reencuentro de lo tradicional en el comportamiento social sonorense. Con eso tratan de explotar un chauvinismo regional ya obsoleto, como queriendo reeditar la idea de los valores tradicionales del sonorense basados en “la franqueza” y el “hablar derecho” como puntales de  la identidad local. Una respuesta de manual. Y “se trabaja todos los días” (sic). El llevado y traído “Sí se hace” antes fue “Sí se puede”, pero lo cambiaron porque fue la frase preferida de Roberto Madrazo en el PRI.

No en balde son tantos y variados los asuntos pendientes por responder, que se traban cuando se enfrentan a representantes de medios de comunicación o a públicos difíciles de controlar. Para todo exhiben el argumento de que se trata de “mejorar las propuestas” dirigidas a los potenciales electores, en lugar de entrarle en serio a los temas de verdadera controversia o a los pendientes que dejará la administración estatal, próxima a concluir el 13 de septiembre de este año.

También se esfuerzan por solicitar a sus adversarios -en ocasiones parece un ruego- de que no los ataquen y privilegien la propuesta en lugar de los señalamientos sobre corrupción indolencia y desviaciones políticas y administrativas del gobierno panista.

Si no lo hicieren así, les advierten sus adversarios, seguramente los reprobarán los expertos asesores en mercadotecnia política que a cada rato se la llevan diciéndoles: no muestren una imagen de pendencieros, porque esa imagen cansa al elector y desilusiona a los votantes que quieren “propuestas y no protestas” (sic), y además deben esforzarse por dar una buena imagen, civilizar las contiendas y demostrar madurez. ¡Se ven mal de criticones! ¿Para qué critican una obra de gobierno que en Sonora el PRI no había hecho en 70 años? (sic) ¿Para qué entrarle a problemas que a nadie le interesan, empezando por los retos incompletos del gobierno estatal? Esos hay que dejárselos a la contraloría y al ISAF… ¡No hay que desgastarse en minucias! ¡Faltaba más!

Lo peor es que les hacen caso, y algunos de sus adversarios en lugar de responder con críticas sólidas, sustentadas y que reflejen las inquietudes sociales y políticas más importantes de una población harta de la corrupción e indolencia, les salen con “lo mejor está por venir”; que tampoco dice nada.

La excepción en estos casos han sido la candidata a gobernadora del PRI y el candidato a la alcaldía de Hermosillo que junto con la secretaria general del CDE del PRI han puesto el dedo en el renglón de la crítica sobre los vicios,la corrupción y las propuestas oficiales.

La experiencia indica que no hay un partido de oposición en el mundo que a la hora de entrarle a las campañas para la renovación de los poderes se la lleve poniendo la otra mejilla. Sería una actitud política torpe, desfasada, estéril y sin rumbo, en lugar de señalar deformaciones, denunciar la corrupción o destacar las metas incumplidas del gobierno y el partido al que se pretende desplazar en el ejercicio del poder.

Los casos de los partidos Republicano y Demócrata en los Estados Unidos, o el PSOE y el Partido Popular en España, hasta ahora han sido los casos más notables. No le dejan pasar una a los gobernantes opositores, están en la agenda  política y cuentan con una capacidad de denuncia más allá de la simple crítica a las tareas de gobierno de sus oponentes.

El problema de fondo es que las propuestas realizadas en las campañas se hacen atropelladamente y sin un orden específico. Parece que existiera mucha prisa por llenar planas sin ton ni son que aparecen en efecto: plana sobre plana de ofertas políticas como si se tratara de mercancías en oferta, o  imitando las  famosas páginas del “Aviso Oportuno” que pusiera de moda por muchos años un diario de la Ciudad de México.

Paralelo a eso, abundan las campañas negras en redes sociales, uno que otro desplegado en medios impresos e incisivas campañas de rumores bien orientados, para sembrar dudas y generar confusiones.

Con todo y sin considerar los spots que nada dicen, las campañas políticas -en materia de debate- transcurren sin pena ni gloria y sin que el ciudadano alcance a interpretar adecuadamente lo que está sucediendo. Les falta humor y les faltan crónicas para que la gente se interese de fondo en las campañas y las propuestas de los candidatos.

Los spots son otro caso. La ley prohíbe que los candidatos contraten tiempos en medios electrónicos, pero ahora los disfrazan de entrevistas o de invitaciones previas a los candidatos por parte de los medios, y ahí se tuerce el propósito original de limitar el acceso a medios de comunicación, porque el candidato que tiene “más dinero”, alcanza a contratar mayor número de espacios y el sistema político en lo electoral retrocede, sin duda, hacia los tiempos de la inequidad. Lo vivimos en este momento.

Lo bueno es que ahí viene el primer debate ya. Ahí, una parte de la opinión pública y de los futuros votantes sabrán de que están hechos los candidatos y cuales son sus propuestas reales, ni condimentadas por los discursos ni adornadas por la propaganda. Ahí se verá seguramente, de qué cuero salen más propuestas… confiemos en eso.

bulmarop@gmai.com

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