Detectan partículas de cemento y contaminantes metálicos en polvo


 

La contaminación por polvo en Hermosillo no sólo está relacionada con la cantidad de éste en el aire, sino con partículas añadidas, como cemento, tierras raras y residuos metálicos provenientes del desgaste mecánico de los automóviles, afirmó la docente e investigadora Verónica Moreno Rodríguez.

 

La catedrática del Departamento de Geología de la Universidad de Sonora, geóloga especializada en Geoquímica Ambiental, añadió que la conclusión anterior es resultado de una investigación realizada durante el año 2015, para lo cual se hizo un análisis estadístico e histórico de más de 1,000 datos proporcionados por el Ayuntamiento de Hermosillo a través del Programa de Evaluación y Mejoramiento del Calidad del Aire (Pemca).

 

Por primera vez se estudiaron datos recabados del año 2000 al 2012, mismos que se compararon con información existente sobre clima, viento y lluvia, y eso nos permitió establecer el patrón de comportamiento del polvo, explicó la investigadora española.

 

“En Hermosillo forzosamente tiene que haber polvo porque estamos en una parte desértica: se forma en las zonas áridas y se debe a la misma erosión de las rocas, así que más del 80% del polvo que se produce en el mundo se genera en los desiertos”, aseveró.

 

El polvo está compuesto por minerales, y éstos tienen una firma geoquímica, lo cual es similar a una huella dactilar; dicha firma contiene elementos químicos que hacen que el polvo tenga características únicas. En el caso de Hermosillo, “detectamos una gran firma de cemento en el polvo que respiramos, cemento ya producido, y eso no es sano, ya que puede tener afecciones a la salud”, advirtió.

 

“Lo que se desconoce es si se trata de cemento proveniente de las construcciones o por la fabricación del mismo, lo cual es complicado de determinar, aunque puede ser una combinación de los dos. También encontramos metales llamados ‘tierras raras’, y para la existencia de tierras raras se debe tener un contexto geológico concreto, y en Hermosillo no lo hay, entonces la fuente --que permite la presencia de estas tierras-- no es natural”, reveló.

 

“Otra fuente importante de contaminante que hemos encontrado en el polvo es el tráfico, y no sólo el CO2; lo que estamos viendo es una gran fuente de contaminantes metálicos de una amplia gama de elementos, incluso extraños en la naturaleza”, y lo anterior proveniente del desgaste mecánico de los carros.

 

Moreno Rodríguez indicó que gracias a este estudio, donde también analizaron más de 300 muestras de polvo recogido de la calle, se logró determinar y entender qué produce el polvo y se descubrió un comportamiento que no se había visto a nivel internacional.

 

“En Hermosillo sí llueve, y cuando esto sucede, la lluvia cae en dos tres horas; es un fenómeno que determina mucho la cantidad de polvo porque --la lluvia-- limpia momentáneamente la atmósfera, pero posteriormente se genera mucho polvo”, apuntó, es por ello que las mayores concentraciones se presentan en la época de inverno.

 

Todo lo anterior aunado al clima, mal uso del suelo, el desierto, calles sin pavimentar, la mala distribución de las vialidades pavimentadas, una planeación urbana que no toma en cuenta el factor ambiental y la falta de un buen sistema de transporte público, contribuye a que la contaminación por polvo empeore.

 

Los datos anteriores fueron publicados y avalados a nivel internacional, y forman parte de las actividades científicas de un proyecto de ciencia básica apoyado por Conacyt, el cual tiene como objetivo identificar las fuentes contaminantes del polvo y sus efectos en la salu 

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