Aldo: el niño genio de las matemáticas

SONORA (La Silla Rota).- Desde que Aldo era bebé, le encantaban los números. Le gustaba jugar con figuras, tarjetas de colores y  juguetes, en forma de números. Cada que veía un uno, un tres, un diez por la calle, se emocionaba.

Hasta que Aldo cumplió un año, aprendió a hablar. Pero el no balbuceaba, como los demás niños de su edad, el ya decía palabras concretas, formaba oraciones.

Fue ahí cuando sus padres, Alejandro Ramírez y Arlene Santoyo, se dieron cuenta que su bebé era especial. No era como todos, su mente y su cerebro estaban más desarrollados para su edad.

“Aldo todavía no hablaba cuando ya conocía los números. Se emocionaba cada vez que veía números en la calle, empezamos a acércaselos, con juguetitos de números, tarjetitas. Antes de que hablara ya le gustaban. Cuando él empezó a hablar, nunca habló mal, desde que habló lo hizo todo correctamente, palabras completas”, recordó su mamá.

Hoy, el pequeño Aldo tiene ocho años de edad, cursa el tercer grado de primaria, pero por sus capacidades, se encuentra siete años más arriba: hace tareas de un joven de preparatoria.

Sin embargo, la gran inteligencia del pequeño no ha sido fácil para la familia, ya que a lo largo de los años, les fue difícil encontrar un centro educativo que se adecuara a sus necesidades. Durante este tiempo, ha cambiado tres veces de escuela.

Cuanto tenía un año de edad, entró a su primer salón de clases. Era un maternal, como una guardería donde les enseñaban a hablar y contar, pero él ya había sabía contar hasta el número 20.

“El se divertía mucho, estaba muy bien cuidado, pero era un poco frustrante, porque les enseñaban a hablar y contar hasta el tres, pero Aldo ya se sabía hasta el número 20”, comentó Arlene.

En la segunda escuela donde estudió el pequeño, su maestra le brindaba todo el apoyo, para que de preescolar, pudiera tomar clases de matemáticas a nivel primaria y luego regresar a sus actividades cotidianas.

“Fue un esfuerzo de todos, de la maestra por apoyar, que cursara clases de matemáticas en primaria, pero el abuelo iba por él y lo llevaba a sus clases, después, regresaba al preescolar a seguir con sus actividades”, mencionó.

Hoy en día, los padres de Aldo encontraron un lugar donde se trabaja con el sistema educativo Montessori, el cual se caracteriza por liberar el potencial de cada niño para que se autodesarrolle en un ambiente estructurado y lograr un máximo grado en sus capacidades intelectuales, físicas y espirituales.

Además, en la academia de matemáticas, donde estudia por las tardes desde hace cuatro años, ha logrado mantener el primer lugar a nivel nacional en obtener mejores calificaciones, de más de 3 mil niños que estudian en dicha institución y que cursan el tercer grado de primaria.

Ahí, fue donde le dijeron que sus capacidades están desarrolladas siete años más adelante. Por esta razón, lleva a cabo ejercicios de un alumno de preparatoria: trigonometría, ecuaciones, cálculo.

Es tanto su potencial en las matemáticas, que algunos ejercicios los realiza en menos de cinco minutos; y las ecuaciones las despeja en su mente, no en papel. Sólo coloca el resultado.

Asimismo, lleva asesorías con un doctor en física, en la Universidad de Sonora, quien le enseña sobre los grados, ángulos y radianes, entre otros conceptos.

Cubos rubik y los 49ers

Una de las pasiones que tiene Aldo, es su colección de más de 45 cubos rubik que tiene en su cuarto. De todas las formas y colores que hay. Ya ha aprendido diferentes métodos para armarlos y puede hacerlo en menos de 50 segundos.

“Para armarlos utilizo algunos métodos. Primero empecé con uno de principiantes, que era bien largo. Me atrevería a decir que ahorita, con el método que uso, que es como intermedio, hago entre 30 y 50 segundos”, explicó.

También hace dos años, se interesó por la papiroflexia. Armaba todo tipo de figuras de papel, pero sus favoritas, eran las estrellas ninjas.

“Lo que más me gustaba hacer, eran las estrellas shuriken, de esas estrellas ninjas. También llegué a armar una de 16 picos, que la movias y se convertía en un octágono, me gustaba”, comentó el pequeño.

El equipo deportivo favorito de Aldo, son los 49ers de San Francisco. Con su familia, especialmente con uno de sus tíos preferidos, ha ido a ver un juego de futbol americano, al estadio de Phoenix, Estados Unidos, cuando el equipo californiano compite contra el de Arizona.

Otra de sus actividades extra curriculares, son las clases de piano, donde ha aprendido a tocar algunas piezas musicales, de diferentes compositores.

Aldo aún no sabe qué quiere estudiar cuando sea grande. Dice que es mejor analizar y pensar las cosas, que decir algo a la aventura; pero, de lo que sí está seguro, es que le gustan las matemáticas.

Dar todo el esfuerzo por los hijos

Para la familia Ramírez Santoyo no ha sido fácil el camino. Sin embargo, cada día ponen de su esfuerzo para tener lo mejor para Aldo y su hermanito Alan, de tres años, quien ya comienza a dar señales también de tener un alto nivel intelectual.

Algunas de las dificultades por las que han pasado con el pequeño de 8 años, es cuando se esfuerza tanto por conseguir una cosa y se estresa, como lo hizo con la cuerda de saltar hace unos años.

Arlene, su madre, relató que cuando ingresó a la escuela donde ahora estudia, todos los niños jugaban a brincar la piola, pero Aldo no podía.

 Por eso, practicó y practicó diariamente, hasta que lo logró. Hoy, ya sabe dar dobles saltos, brinca para atrás y hace otras maniobras.

“Aldo tiende a ser muy aprensivo, suele ser muy tenso, se exige mucho. Llegaba a ser problemático para su salud. Cuando entró a la nueva escuela, no daba un salto con la cuerda, no podía, entonces pidió una cuerda y pasaba en la casa, las tardes completas y ahí estaba, hasta que lo logró, dar 100 saltos seguidos”, expuso.

La mamá del menor, agregó que por eso lo inscribieron a clases de piano, con el fin de ayudarlo a que se relaje y tranquilice.

De igual manera, lanzó un llamado a los padres de familia, para que tengan más atención en sus hijos, más si detectan algunas habilidades especiales, con el fin de ayudarlos en su desarrollo y mejora.

“Aldo no es el único caso, aquí hay bastante niños, son muy especiales. Mi mensaje sería para los padres, que no duden su ven algo en sus hijos, es seguramente porque es así. Sabes que no hay muchas opciones pero nosotros tenemos que dar lo mejor que podamos, no hay que quedarnos ahí y seguir en la búsqueda de lugares para ellos”, finalizó Arlene.

kach

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