casi 34 kilómetros de distancia de la ciudad de Hermosillo, por la carretera que conduce a Bahía de Kino, se encuentra un edificio que si fuera otra cosa pasaría desapercibido, pero al ser el Centro Federal de Reinserción Social (Cefereso) Número 11, un penal catalogado de máxima seguridad y que puede —ya lo hace— albergar reos de alta peligrosidad, ha comenzado afectar la vida y paz de los ciudadanos.

Lo anterior, se ha hecho más evidente con el traslado de reos de otros estados que son identificadas como personas con alta capacidad de convocatoria para realizar movilizaciones masivas de gente y con ello alterar el orden público y la paz social, por ejemplo, el ex líder de las autodefensas de Michoacán,José Manuel Mireles, y ahora el líder de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Rubén Núñez Ginez.

Para José Larrinaga Talamante, experto en temas de seguridad pública, al ver ejemplos del resto de los Ceferesos (además de Hermosillo hay otros 14 en todo el país), en todos hay afectación clara a la seguridad y la vida social del lugar.

Al ser centros de máxima seguridad, en su interior solo hay reclusos considerados de alta peligrosidad, hablando de capos del crimen organizado y personajes con gran convocatoria para alterar el orden social que representan en todo momento un estallamiento de cuestiones delictivas.

Larrinaga Talamante aclara que en los estados donde hay un Cefereso, los índices de delincuencia han crecido exponencialmente, incluido Hermosillo, donde el clima de intranquilidad cada vez se ve más alterado.

Algo que afirma ha sido más evidente con el traslado de reos considerados peligrosos, pero no por ser parte del crimen organizado, sino por su capacidad de convocatoria para realizar movilizaciones de masas.

“Ahora están trayendo presos que son peligrosos en la movilización de las masas, por ejemplo, un líder magisterial que ahorita están en contra de las acciones de gobierno y todas sus iniciativas, entonces es obvio que ahora habrá maestros que se están manifestando aquí en Sonora, incluso ya están realizando protestas al Cefereso y están amenazando con acrecentarlas, trastocando la seguridad y sobre todo la paz social”.

José Larrinaga asegura que al ver este panorama surgen varias dudas: “Quién autorizó el Cefereso, quién lo construyó, con qué motivo y justificación, también quién lo pidió, porque nunca lo explicaron si los ciudadanos no lo quería y se vivía en relativa paz… y ahora quién está autorizando los traslados de estar personas a un lugar tan alejado de donde están siendo juzgados”.

Lo más grave, advierte, es que las autoridades locales no tienen injerencia en el tema y no tienen capacidad de decisión, porque se trata de un centro Federal, que atiende delitos federales y que resguarda delincuentes de alta peligrosidad que lamentablemente ya está construido y seguirá operando, porque hacen falta centros penitenciarios en México.

Ante este escenario, añade que los ciudadanos solo podremos tomar medidas de prevención y autoprotección, porque al tener el Cefereso en Hermosillo, la intranquilidad seguirá presente e irá en aumento.

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