Coliseum vulgaris



La historia nos enseña que, desde tiempos inmemoriales, las cámaras legislativas han sido los foros donde se han dirimido las diferencias ideológicas que se dan en forma relativamente normal entre los políticos en cualquier parte del mundo, en cualquier época. Desde la antigua Grecia y luego la Roma imperial, hasta nuestros días, pasando por las cámaras inglesas, francesas, españolas, italianas, norteamericanas y demás países que llegaron a la democracia mucho antes que el nuestro, los hombres públicos se han enfrentado en esos recintos en las luchas fieras y a veces violentas que suelen darse cuando se confrontan las ideas y posicionamientos de corte político.

Luego entonces, y como dice una frase muy conocida: “nada hay nuevo bajo el sol”, o sea que no deben de extrañarnos las luchas fragorosas que en nuestros días y en casi todos los países, incuido el nuestro, ocurren dentro de las cámaras de diputados y senadores convertidas en modernos coliseos alfombrados y con mullidas butacas tapizadas con piel legítima. En las viejas arenas políticas mexicanas grandes juristas y pensadores se han enfrentado desde posiciones opuestas, esgrimiendo ideas brillantes y posicionamientos de alta trascendencia en el proceso de gestación de la nación que hoy tenemos los mexicanos. En las actuales cámaras que alojan los modernos congresos suceden cosas que denigran la alta investidura que el pueblo le otorga a hombres y mujeres que, salvo contadas y honrosas excepciones, las más de las veces no merecen ni siquiera el puesto de barrendero de esos recintos.

Las batallas dentro de las cámaras legislativas actuales se han convertido poco a poco en viles zacapelas entre cortesanas, agarrones entre gamberros, y batallas campales entre cortesanas y gamberros, todos contra todos y todas contra todas, en refriegas donde la vulgaridad corre al parejo con la estulticia, en circunstancias que resultarían chuscas, si no fueran dramáticamente trágicas, en los momentos de crisis profunda que se viven en todos los terrenos y reglones sociales y políticos.

Pero inclusive así, y aún estando plenamente conscientes del aparatoso derrumbe que han sufrido las imágenes y los prestigios de los modernos legisladores mexicanos, y del muy bajo perfil intelectual e ideológico, y sobre todo moral, de la gran mayoría de los hombres y mujeres que llegan cada tres años como bocanadas de inmundo fango a los congresos estatales y federales, cuesta trabajo describir, y todavía más trabajo explicar, el dantesco espectáculo que se dio el pasado jueves 22 de este mes dentro de la sala de plenos del Congreso de Sonora, en la presentación de los resultados del análisis de la Cuenta Pública del estado y los municipios sonorenses correspondiente a 2015, realizado por la Comisión de Vigilancia del Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización (ISAF).

La lectura del informe a cargo del diputado Fermín Trujillo Fuentes (PANAL) presidente de la Comisión de Vigilancia del ISAF incluyó la entrega de 50 dictámenes con los informes cortos y largos de los despachos externos contratados por la Secretaría sde la Contraloría y los propios organismos autónomos, para que realizaran las auditorías a las entidades paraestatales.

Los temas analizados fueron: análisis de la información recibida; resultados de la gestión financiera; resultados del ejercicio presupuestario; resultados del cumplimiento de metas; observaciones derivadas de la revisión de la cuenta pública del sujeto fiscalizado; otras auditorías financieras; y consideraciones finales. De un total de 749 observaciones hechas al Poder Ejecutivo, 523 han sido parcialmente solventadas, en 180 existe aviso de denuncia ante la Contraloría estatal y 46 de ellas se encuentran en procedimiento administrativo, penal y mercantil.

Por su parte el diputado Jorge Luis Márquez Cázares, presidente del Congreso del Estado e integrante de la Comisión de Vigilancia del ISAF, dijo que en el ejercicio 2015 disminuyó el número de observaciones con respecto a 2014, y que el daño patrimonial sufrido por el estado de Sonora en el ejercicio 2015 asciende a mil 943 millones de pesos, cantidad que sumada a lo que se había contabilizado previamente a la administración pasada, arroja un gran total de 19 mil millones de pesos de daño patrimonial, en números redondos.

Aquí es donde surgen las dudas y confusiones respecto a lo que es “daño patrimonial”, “desfalco”, “peculado”, “uso indebido de atribuciones”, “desviación de recursos” y el vil y descarado robo de recursos públicos estatales y federales. Términos y conceptos jurídicos que son complicados de comprender y aplicar para los legos en la materia. Dudas y confusiones que dan lugar a la exigencia popular de aplicar el máximo rigor de la ley a los que resulten responsables de los delitos que se les imputan, aunque no se comprenda bien a bien quién es culpable de qué y cuál sería la pena que en un dado caso le correspondería. Un ambiente de linchamiento que por mucho que se justifique, cierra el espacio para la correcta aplicación de una justicia que de esta manera tiende a convertirse en venganza y ansia de retribución a lo salvaje.

A un pueblo que ha sido tan lastimado, tan duramente castigado, que ha sido tan herido en sus fibras morales y al que se le ha despojado de esas enormes cantidades de recursos patrimoniales, más las sumas que no se incluyen por corresponder a otras clasificaciones legales no aplicables pero sí castigables, difícilmente se le puede hablar de “las formas de la ley”, y de “los tiempos de la ley”, y más difícilmente se le puede convencer de que hay que tener paciencia y esperar a que se cumplan esas formas y tiempos de la ley, para que se haga justicia. En la periferia de sus mentes, los ciudadanos pueden entender, pero en lo profundo de sus corazones encuentra imposible aguardar, y aún más imposible perdonar.

La oración del Padre Nuestro que finaliza pidiendo perdón por nuestras culpas, “así como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” resulta inaplicable en situaciones como ésta. Para un ser humano perdonar a quien lo ha ofendido resulta algo casi imposible en su totalidad, y peor aún cuando en torno a la ofensa y el perdón por la ofensa inferida gravita el ponzoñoso ingrediente político, que como miasma pestilente impide que la flor del perdón esparza su dulce perfume. Es duro aceptarlo, pero día con día los hechos nos están demostrando que una cosa es el perdón dentro de la oración que El Padre nos enseñó, y otra es su aplicación en las situaciones de vida púbica, donde se hacen pedazos las enseñanzas y los valores, y se destrozan los misticismos religiosos heredados.

Posicionamientos de las fracciones

Los diferentes partidos representados en la LXI Legislatura de Sonora: PRI, PAN, Nueva Alianza, PRD, MC y Morena, expusieron sus argumentos y posiciones respecto al contenido del informe del ISAF, cada uno de acuerdo a sus muy particulares intereses e intenciones, acusándose mutuamente de ser cómplices y/o partícipes en el desastre político, financiero y social que prevalece en Sonora. Nada sorprendente en realidad, habida cuenta de que 2017 será el año preparatorio de la gran contienda político-electoral que se dará en julio de 2018.

Los dimes y diretes fueron y vinieron durante las seis horas que duró la sesión, y mientras los diputados de ambos sexos buscaban en la tribuna la manera de hacerse el mayor daño posible, más claramente se percibían sus profundas deficiencias mentales, y la casi absoluta ausencia de argumentos en sus planteamientos. El ambiente dentro del recinto llegó a resultar irrespirable, agravado por la presencia de una abigarrada turba de mercenarias que, vociferantes y enardecidas, atiborraban la galería enarbolando pancartas y cartelones con consignas de todo tipo. El momento cumbre, y que se podría considerar emblemático del deplorable evento, ocurrió cuando desde la galería fue arrojado un chile que fue a caer cerca de la tribuna donde un legislador se desgañitaba tratando de crucificar a sus oponentes… ¿Chile para los legisladores y chile para los partidos políticos?

Total, un coliseo vulgar y corriente, repleto de personajes ordinarios y zafios, donde los principales ausentes fueron la cordura, la inteligencia y la integridad política individual y de grupo. Y me pregunto y le pregunto a usted: ¿algún día volverán a estos foros los Demóstenes, los Catones, los Cicerones, y los que fueran grandes exponentes de la elocuencia y la razón?

Agradeceré su comentario a continuación, o envíelo a oscar.romd@casadelasideas.com

En Twitter soy @ChapoRomo

Comentarios

Comenta ésta nota

Su correo no será publicado, son obligatorios los campos marcados con: *