Hay cosas que se entienden más por viejo que por sabio, dice Adalberto Rosas López, para luego afirmar que detrás de los hechos dolorosos y lamentables ocurridos el viernes pasado en el territorio de la Tribu Yaqui, hay otra agenda que nada tiene que ver con la aceptación o no al paso del gasoducto que abastecerá de gas natural a las termoeléctricas de Sonora y Sinaloa.
El experimentado político de Cajeme, ex presidente municipal de Ciudad Obregón, ex diputado local, ex candidato a la gubernatura del estado y actualmente dirigente del Movimiento Ciudadano por el Agua, advierte que la forma en que ocurrieron los hechos violentos en la Guardia Tradicional de la Loma de Bácum, no es resultado de un simple desbordamiento de ánimos entre integrantes de la tribu. “Hay rastros claros de que estaba montado un dispositivo por intereses ajenos a los yaquis que se aprovecharon del “tema gasoducto” para provocar el muerto, los heridos y la quema de vehículos”. Afortunadamente dice, las fuerzas policiacas federales y estatales, junto con el ejército actuaron con inteligencia y prudencia, evitando que las cosas pasaran a mayores como seguramente lo pretendían los provocadores.
La alianza de la gobernadora Claudia Pavlovich con la tropa yoreme, con los productores rurales del Valle del Yaqui y con la sociedad civil de esta región, explica el ex alcalde de Cajeme, le ha imprimido a la vida política del estado un sentimiento de reunificación y particularmente un compromiso de resolver aquellos problemas con los que el gobierno de Padrés trató de dividirnos. Me refiero, señala, específicamente a la construcción ilegal del Acueducto Independencia con el que se pretende despojar a los yaquis y al sur de Sonora de las aguas del Río Yaqui trasvasándolas a la ciudad de Hermosillo.
Adalberto Rosas, trae a la memoria el 7 de mayo del 2015, cuando en la Guardia Tradicional del Pueblo de Vícam, la entonces candidata a la gubernatura, Claudia Pavlovich, firmó con los yaquis, con los productores rurales y con la sociedad civil del sur de Sonora, los memorables Acuerdos de Vícam, en los que ella se comprometía a impulsar una política de más agua con la desalación para sustituir el Acueducto Independencia y también liberar a los yaquis injustamente encarcelados por el gobierno de Padrés.
Para el dirigente del Movimiento Ciudadano por el Agua, los compromisos se están cumpliendo. Uno de los primeros actos de gobierno fue liberar a Mario Luna y hacer posible que Tomás Rojo pudiera regresar a Sonora y a su territorio. Después se dio a conocer el proyecto de la desaladora que abastecerá a Guaymas-Empalme y Hermosillo. Esto sostiene Rosas López, fortaleció la unidad en el estado y le dio fuerza a las capacidades ejecutivas de la gobernadora.
Pero, dice, hay quienes no quieren a una gobernadora fuerte, y el que más le teme a eso es el prófugo de la ley Guillermo Padrés, por eso nos hicieron los actos violentos en el territorio yaqui. Quieren desarticular la alianza del Sur de Sonora con la gobernadora, la quieren debilitar. “Ese es el imperativo de las estructuras malignas que durante seis años hicieron posible el infierno de Padrés”. Nadie debe creer, afirma Rosas López, que Padrés es un maleante solitario. La monstruosa corrupción que lo caracterizó es transversal, no respeta fronteras partidistas y es resultado de un entramado de intereses que ahora se afanan desesperadamente por imponer el Acueducto Independencia e impedir que Padrés vaya a la cárcel. “Lo tratan como a un sicario, tienen miedo que lo encarcelen, porque puede hablar y comprometer a distinguidos políticos de otros partidos que lo protegieron durante los seis años de su gobierno”.
Finalmente sentencia, “no vamos a caer en la trampa que pretende inducir el caos y la violencia; tampoco nos van a intimidar. Vamos a continuar fortaleciendo la alianza con la gobernadora en torno a la política de más agua para Sonora y vamos a seguir siendo un elemento de presión social para que se haga justicia y Padrés termine en la cárcel.
Ciudad Obregón, Sonora, 26 de octubre de 2016
