Insostenible el nivel de robo en Sonora


 

Justo a propósito del recién conmemorado Día del Trabajo, la difícil situación salarial para millones de empleados y las cada vez más largas jornadas laborales, hay algo que está sobrepasando el límite del ciudadano hermosillense más allá de la frustración:

                                      

-Perder con gran facilidad lo que tanto cuesta ganar, lo mucho o lo poco que se logra día a día como patrimonio familiar en manos de delincuentes que pareciera tienen permiso para robar impunemente.

 

Sí ya hemos tocado este tema con anterioridad, pero no se puede olvidar mientras el problema crece. El sueldo de meses o años que tanto cuesta ganar se va en cuestión de minutos y sin esperanza de recuperarlo.

 

-Los números son fríos y nos muestra que algo está muy mal en Sonora, en particular aquí en Hermosillo donde los robos se han incrementado de una manera dramática.

 

-De entrada nuestra ciudad concentra 51.73 % de todas las denuncias presentadas en Sonora (fuera de proporción aun si consideramos que por lógica es la más poblada, más no donde se concentra la mayor cantidad de población) respecto al resto de los 71 municipios del estado.

 

Para entender mejor lo que estamos viviendo,  en el año 2015 se registraron 1,181 denuncias de robo con violencia y en 2016 la cifra se disparó a 4,601 casos; es decir cuatro veces más que el año anterior.

 

Esto no es normal. Además de la crisis económica por la que pasa el país o la falta de empleos bien remunerados, debe haber uno o varios elementos extraordinarios para este resultado.

 

Algo más grave aún y que tampoco es un secreto: dicha cifra se refiere sólo a los casos denunciados es decir, donde hubo una denuncia ante MP.  

 

Hay una cifra negra arrojada en la encuesta de INEGI que demuestra que el 87.2 % de delitos no fue denunciado; es decir solo el 12.8% fue presentado ante las autoridades, y de este total sólo en un 7% de los casos se inició una averiguación previa.

 

Lo preocupante es que a nivel nacional en el mismo año, del total de casos denunciados, al menos se inició averiguación en el 59.6% de los casos. ¿Qué nos dice esto? Que un tema de fondo puede ser:

1.      De voluntad o

2.      De incapacidad

 

“Falta de pruebas” dirán los encargados de realizar investigaciones y documentar los hechos denunciados, pero lo cierto es que el resultado es tan frío como los números; sólo se ha incrementado la pérdida de confianza en las autoridades.

 

El ciudadano se percibe completamente solo, sin el respaldo ni el acompañamiento de sus autoridades, esas que en campaña prometen seguridad y mejor nivel de vida con una amplia sonrisa. La desesperanza no debiera ser el camino.

 

Si ahora vemos el otro lado de la moneda es un hecho que el tejido social está roto, donde la prioridad sin duda son los jóvenes que se han sumido en el consumo de las drogas sintéticas…un mal que nos debe preocupar a todos.

 

Y se pudiera pensar entonces que no todo es responsabilidad de la autoridad, pero también en el incremento de adicciones prevalece la impunidad y la “falta de pruebas”, mientas las calles están cada vez más llenas de jóvenes que deambulan perdidos en su necesidad de consumo, también de quienes los proveen.

 

Sólo por ejemplificar este fin de semana la capilla donde yacen los restos de mis abuelos fue vandalizada, ahí donde menos se puede uno imaginar.

 

Por obvias razones me concentre a investigar un poco más sobre este tipo de robo y mi sorpresa fue que tan solo en un fin de semana robaron de la misma manera en 12 capillas en ese mismo panteón.

 

Los panteones son sitios públicos al igual que las plazas, los comercios o iglesias, cómo es posible que con tanta libertad se cometa una docena de robos en el mismo sitio a plena luz del día sin que nadie se percate? Dónde está la labor preventiva.

 

La explicación es que los ladrones roban puertas y ventanas para extraer el aluminio el cual venden en las chatarreras para poder conseguir dinero para seguirse drogando.

 

Procedí a levantar la denuncia ante la autoridad correspondiente lo que me llevó más de 4 horas realizar el trámite, luego entendí el por qué el 87.2% de los ciudadanos decide no denunciar.

 

Otro punto clave sin duda es que las chatarreras y las casas de empeño deberían estar mejor reguladas; estas empresas deben tener un mayor compromiso social, no es posible que con toda impunidad sigan fomentando el vandalismo en nuestras ciudades.

 

En resumen la autoridad debe ser más eficiente en su actuar de forma preventiva y reactiva, pues en ambas está fallando; y desde luego la sociedad trabajar de una mejor manera con nuestros hijos para no perderlos en el mundo de las drogas sintéticas que hoy están acabando y destruyendo el tejido social.

 

Agradezco sus comentarios y retroalimentación a través del correo electrónico davidfigueroao@me.com; y  en redes sociales: Twitter @DavidFigueroaO /Fb David Figueroa O.

Reseña: David Figueroa Ortega es empresario, Ex Cónsul de México en Los Ángeles y San José California; Ex Diputado Federal; Ex Alcalde de Agua Prieta; Ex Dirigente del PAN en Sonora.

 

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