Un estudio reveló que el calor extremo y la sequía afectan la supervivencia de cactáceas en el Desierto de Sonora, generando tasas de mortalidad alarmantes.
Ernesto Méndez
Los eventos combinados de calor y sequía extrema que vive México y prácticamente todo el planeta, provocan que, hasta los saguaros, cardones y grandes cactáceas, mueran de sed en el megadiverso Desierto de Sonora, advierte un estudio publicado en la revista Global Change Biology.
El estudio se realizó utilizando datos satelitales y de estaciones climáticas, analizando poblaciones específicas de plantas en Baja California Sur y Phoenix, Arizona, y posteriormente observando la respuesta fisiológica de las cactáceas de forma individual.
El reconocido doctor Ezequiel Ezcurra, co-líder del proyecto y profesor de Botánica y Ciencias Vegetales en la Universidad de California, Riverside, destacó que cada escala de análisis confirmó la gravedad y el alcance regional del evento de calor y sequía de 2020–2021.
“Los datos fueron inequívocos, los años 2020 y 2021 fueron los más cálidos y secos que ha experimentado el Desierto de Sonora desde que se tiene registro instrumental, y probablemente en mucho más tiempo, quizás como nunca antes. Además, fue caluroso y seco en todas partes; ninguna porción del desierto se salvó”, reveló.
El aumento de temperaturas y la disminución de lluvias también se reflejaron en la vegetación de la región, según la interpretación que se hizo a partir de un Índice de Salud Vegetal basado en datos satelitales de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
La información obtenida demostró además que la sequía de más de dos décadas en el suroeste de Estados Unidos, se debe al calor elevado producto del cambio climático, que a su vez constituye el principal factor de estrés para la vegetación del Desierto de Sonora.
Más de mil saguaros marcados permanentemente en el Jardín Botánico del Desierto en Phoenix, así como poblaciones de cuatro especies de cactáceas columnares y un árbol suculento en la parte sur del Desierto de Sonora, en la Península de Baja California, mostraron elevadas tasas de estrés y mortalidad directamente relacionadas con el evento de calor y sequía de 2020–2021.
“Las poblaciones que analizamos mostraron tasas de mortalidad de alrededor del 10 por ciento o mayores inmediatamente después de 2020, eso está muy por encima de lo normal, que es de alrededor de dos por ciento para saguaros o sus parientes del sur, los cardones. Con tasas así, estas poblaciones no podrán mantenerse en el tiempo”, explicó la doctora Sula Vanderplank, coautora del estudio e investigadora con sede en Baja California Sur.
El color amarillo de los tallos en la pitaya dulce que dio origen a la investigación, también es consecuencia del calor y la sequía, un fenómeno que los autores del estudio denominaron “quemadura de la cactácea”, que es una decoloración rápida de la piel de la especie vegetal durante periodos de calor y sequía extremos que conduce a un deterioro fotosintético permanente.
“Esa decoloración no se recupera. Al igual que usted o yo, una cactácea tiene su piel para toda la vida; no tiene hojas que pueda desechar y volver a crecer. Si la quemadura de la cactácea cubre gran parte del cuerpo de la planta, ya no puede producir los recursos que necesita para vivir”, subrayó el doctor Ben Wilder, director de la Nueva Generación de Investigadores del Desierto Sonorense (N-Gen).
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