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+ Celebra Morena sus 7 años en el zócalo capitalino; reporte oficial: 600,000 asistentes; el Mundial de fútbol, espectáculo para ricos; productos del mar caros, pero no gana el pescador

Agustín Rodríguez L.

GUAYMAS, Son. – Claudia Sheinbaum celebró 7 años de la 4T con la concentración en el zócalo capitalino, que reunió según la cifra oficial, a 600 mil personas.

Hubo muchos eventos y el discurso abundó en temas, pero nuestra bravía raza de bronce preferirá debatir sobre la asistencia, no sobre lo que se dijo. Que si caben o no en la plancha del zócalo, que si las calles adjuntas, que las banquetas…

Debiéramos poner atención en lo dicho por la presidenta que lo es de todos los mexicanos. Acudir al análisis para comparar lo dicho con lo hecho.

De entrada, quedó bien con los jóvenes al subrayar el respaldo que dan al proyecto iniciado en 2018 con Andrés Manuel López Obrador, a quien los malosos ligan con las decisiones dejando en el nivel de sirviente a la presidenta. Podrían equivocarse.

La derecha sigue pegada al discurso tradicional, basándose en cosas del ayer sin darse cuenta del descomunal apoyo al cuatroteísmo no por buenos o malos, sino porque los otros aplastaron a las clases baja mientras se repartían privilegios, y en imponer mandos cuyo actuar no se acercó el orden requerido en este país rico con la mayoría de sus habitantes viviendo en la pobreza.

Sheinbaum dijo estar empeñada en construir “un México justo, libre, independiente y soberano”, y fijó, en plural, que “seguimos convocando a consolidar el renacimiento de la nación y a no perder, sino avivar aún más la llama de la esperanza”. Y envió este mensaje a “los otros”: pese a la “campaña sucia de mentiras y calumnias” en su contra, el movimiento no será vencido; “cada segundo de vida está dedicado a la construcción de un México justo”.

Y sí, dijo muchas frases de López Obrador, como ese principio de “por el bien de todos, primero los pobres”. Pero, es cierto. No hacer eso, nos habría llevado al caos. Fue preferible la ruptura con el viejo régimen y comenzar a construir un modelo humanista, basado en la justicia social y dignidad, algo incomprensible para el político tradicional y si fracasa, a eso se deberá.

Doña Claudia resaltó la importancia de la relación con Estados Unidos, pero insistió en lo que cada mexicano que quiere a su país reitera: “debe mantenerse bajo principios de respeto y soberanía”. Los entreguistas y los ideologizados no lo entenderán.

También el tema de la recaudación, que aumentó este año en más de 500 mil millones gracias al combate a la corrupción y a la evasión. Hay más dinero para atender lo social, con programas que hoy son derechos constitucionales para todos.

Y de la salud, un viacrucis los últimos años; de la reducción gradual de la jornada laboral en México hasta alcanzar las 40 horas semanales en 2030, y del buen resultado del modelo económico, lo cual ejemplificó con el salario mínimo, que en 2026 subirá 13%, 3 veces más que la inflación.

Arrojó otro balde de agua helada a los defensores del ayer, al señalar con firmeza a quienes la critican y se resisten al proyecto iniciado hace 7 años, que el modelo neoliberal dejó profunda huella de desigualdad y corrupción en el país, una herencia de pobreza, desigualdad y la entrega de nuestros recursos naturales a intereses privados y financieros. Rechazó que se vuelva al tiempo de los privilegios, cuando la justicia se repartía selectivamente y “eso ya no es opción: el gobierno está para servir al pueblo de México”.

Les debo el dato de asistencia. No encuentro información de quién fue y con quién se reunieron, como había sido en anteriores concentraciones, lo cual sugiere línea desde lo alto para reducir críticas contra quienes ayudan a la “movilización”.

Ah propósito, la presidenta anunció que no irá a la apertura del Mundial de Fútbol en el Estadio Azteca. La verá desde el Zócalo y sería la primera cabeza de Estado de un país anfitrión que no asista a la ceremonia inaugural de ese evento.

Se supone que lo hace porque se vería mal aceptando el privilegio de sentarse en un lugar de esos tan lejanos para el mexicano común, dados los precios de rico fijados en el boletaje del evento de un deporte al que el pueblo es adicto.

Hasta el polémico José ramón Fernández, cronista non del espectáculo, lo criticó así: “Como lo dije en un twitt anterior, un Gran Mundial para muy, pero muy pocos… ¿Vale la pena? Cada quien…”.

Según la imagen compartida por el periodista, los precios para el partido inaugural se fijaron entre 63,938 y 125,991 pesos, pero la inauguración del 11 de junio de 2026 en el Estadio Ciudad de México (antes Azteca), elevaría el costo hasta 800 mil pesos en plataformas de reventa oficial. Hay quien sugiere, llegará al millón.

EL BAJO INGRESO DEL PESCADOR

El líder social Jesús Presiche Olachea recordó a los pescadores que perdieron la vida buscando el sustento, en ese tributo obligado al mar a cambio de prodigarles sus riquezas.

Buceaban buscando almeja, callo, caracol y otras especies apreciados por la gastronomía y fue su última incursión, por ello envió un mensaje a quienes saben del riesgo, pero también que deben continuar buscando el pan de cada día. Les pidió tomar precauciones porque en estas fechas se acercan peces depredadores que en los últimos años quitaron la vida a 4 buzos pescadores.

El pez hace lo que debe hacer, no busca arrebatar la vida de quien desciende a su ambiente. La única forma de evitar el ataque de tiburón es con prácticas aprendidas de nuestros ancestros y las precauciones añadidas.

Los ataques se dieron en Puerto Peñasco, Yavaros, Bahía del Tóbari y se repitió en Yavaros. Cuatro vidas perdidas, pero el mundo sigue girando y, como dice el mensaje de Presiche, “esperemos en Dios, no se vuelvan a repetir estas historias trágicas”.

Con el nativo de Punta de Arena charlé sobre lo bien que les iría si dispusieran de un adecuado método comercializador y volvió a entusiasmarse porque pronto tendrán su comercializadora, con apoyo prometido por el gobernador, quien ya hace las gestiones en lo federal.

Brotó el tema por esto: el supermercado de Juan Manuel Ley oferta calamar. Dice que el producto cuesta 194 pesos con 90 centavos por kilo y lo ofertó a 129.90; el tentáculo llega a 199.90 el kilo.

Pero el pescador que madruga y navega horas y horas enfrentando duras condiciones ambientales y agotamiento, en el acopio recibe 10 pesos por kilo de “sábana”, la parte carnosa y sin piel, y el tentáculo 8 pesos kilo. Eso está mal. Le deja un bajísimo ingreso al gran esfuerzo de captura, pero al mismo tiempo el producto es caro para el consumidor. La lucha es esa, poner orden en el mercado para que la especulación no lo domine y la utilidad vaya a manos de quienes dedican mayor esfuerzo.

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