Gilberto Armenta
El reino de los sátrapas
Actualmente en Sonora solo ocho de 72 alcaldías están representadas por una mujer. Solo 8 de 72.
Bacanora con Laura Espinoza Alonso, Caborca con Karina García Gutiérrez, La Colorada con Perla María Rodríguez Porchas, Ónavas con Verónica Valenzuela Avilés.
Además, Oquitoa con María del Carmen Martínez Figueroa, San Javier con Luz Ofelia Flores Martínez, San Miguel de Horcasitas con Alma Angelina Tapia López, y Trincheras con Migdelina García Reina.
Históricamente, han sido administrados por mujeres los municipios de Hermosillo, Guaymas, Navojoa, Agua Prieta, y Magdalena de Kino.
Pero el género femenino nunca ha sido reconocido en Nogales, San Luis Rio Colorado, Imuris, Obregón y Cananea.
Hay municipios grandes, medianos y pequeños, en los que jamás ha siquiera competido una mujer por el cargo de alcaldesa.
De ahí la importancia de la ley 50 y 50, como ya se le conoce, y que impulsó la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, en busca de que, en adelante, las candidaturas a las alcaldías por las que compita cualquier partido, sean mitad de mujeres, y la otra mitad de hombres.
Este 2018 se romperán paradigmas, limitantes, y condiciones.
Y es que el Congreso del Estado acaba de aprobar, luego de discutirla sobradamente, la iniciativa de ley que pone a Sonora a la vanguardia en lo que a defensa de derechos electorales de la mujer se refiere.
Pero este es apenas el primero de una vorágine de eventos que habrán de suceder de este abril de 2016, hasta un mes antes de que arranque de manera oficial el proceso electoral del 2018.
El segundo buscara que la ley electoral federal y estatal hagan sus respectivas adecuaciones hacia esta nueva disposición.
El tercero, obligara al Instituto Estatal Electoral de Sonora a concentrar esfuerzos, y esbozar reglas de observancia de la misma a los partidos políticos.
Estos, por su parte, deberán cumplir con un mundo de condiciones y reglas para que, aquellas mujeres que sean consideradas como candidatas, lo sean pero con un perfil político y profesional adecuado.
La ley busca que las mujeres compitan electoralmente en igualdad de circunstancias ante los hombres, pero no se tratará de que cualquier mujer lo haga.
Los cuadros femeninos que aparezcan en las boletas electorales, deberán ser de probada sabiduría, como para dirigir el destino de todo un municipio entero.
Eso, en el plano electoral.
En el político partidista, en ese liderazgo de campo y en el que se definen las candidaturas, están viviendo una tremenda implosión, y el cisma que esta nueva ley provocara, es desde ya, de proporciones monumentales.
Los cuadros partidistas de siempre, esos que hicieron del poder político una empresa dentro de sus partidos, y controlados mayormente por hombres, deberán enfrentar ahora el re posicionamiento del liderazgo femenino, que, en muchos municipios, está representado por sus propias parejas o familiares.
La mujer política sonorense dejara ahora la representación de patronatos, ya no organizara la partición del pan con el vino y el queso, no será más la asistente obligada a los conciertos altruistas de gala, sino que, desde ya, levantara la vista, y buscara esa candidatura que ahora podrá ser una realidad para ella.
Y no es porque las mujeres políticas, dentro de los partidos, tengan capacidad solo para ser la imagen del político actual, sino que los espacios que se llegaban a liberar para ellas eran tan restringidos, que el pensar en una candidatura no era opción en el crecimiento como militante.
Hoy, la visión de ellas se potencializa al mil por ciento.
Otro aspecto importante, y del que la gobernadora Claudia Pavlovich ha hablado hasta el cansancio, es la recomposición del tejido social de los sonorenses.
En ese sentido, mujeres de diferentes organizaciones, algunas de ellas con ascendencia partidista, otras tantas militantes de todos los partidos políticos, y muchas cien por ciento ciudadanas, celebraron en el Congreso del Estado mismo la aprobación de la ley.
Esta congruencia, sin importar los colores electorales, abre la puerta para que, por primera ocasión, se pueda pensar en una campaña electoral más limpia al menos, que las que siempre han protagonizado los varones.
La gobernadora dijo muy claro que las buenas noticias hay que celebrarlas, hacerlas públicas, y promocionar a través de cualquier medio, los beneficios que a los sonorenses esas noticias darán.
Esto apenas inicia, y lo que esta naciente ley representa, es ni más ni menos que el retiro definitivo de la comparsa política a la que las mujeres fueron obligadas a jugar.
Hoy hay fiesta en el genuino feminismo, el que ha luchado por mejores oportunidades de vida, con las respectivas consideraciones ante sus capacidades en todos los sentidos… y no es para menos.
@mensajero34 El Mensajero MX