Supera Pavlovich a Bours y Padrés, con mejor aceptación al final del sexenio


Desde que inició su administración en septiembre del 2015, Claudia Pavlovich Arellano prometió trabajar para mejorar las condiciones de vida de los sonorenses

También se prometió a sí misma, que el resultado de su trabajo le daría (ya cuando no detente el Poder Ejecutivo) un séptimo año de tranquilidad que le permita andar en la calle con la frente en alto al lado de su familia, consciente de haber hecho un gobierno honesto y productivo para la gente.

Una prueba de que la ciudadanía la ve y la trata bien como al principio de su sexenio, se registró durante la noche del 15 de septiembre -previo a encabezar el Grito de Independencia- al caminar por las banquetas de la Plaza Zaragoza que se encuentra entre el Palacio de Gobierno y la Catedral Metropolitana.

Luego de saludar, abrazar y tomarse fotos con la multitud, subió al Salón Gobernadores para felicitar a los invitados que también celebraban el 209 aniversario de que México se separó de la Corona Española.

Entre esos invitados a Palacio se encontraban jóvenes que han puesto muy en alto el nombre de Sonora a nivel nacional e internacional; ya sean deportistas, practicantes de la cultura, ganadores de olimpiadas del conocimiento, emprendedores, etcétera.

A diferencia de otros años -en esta recta final del sexenio-, la sede del Poder Ejecutivo no fue acaparada por políticos y funcionarios de la administración en turno; ni por empresarios que en su mayoría eran beneficiados como “proveedores del sistema”, o líderes de organizaciones supuestamente altruistas.

Tampoco se vieron esos trajes de marca italiana y vestidos de diseñador que usaban los invitados (hombres y mujeres, respectivamente).

Personajes y prendas que infaltablemente olían a lociones y perfumes franceses de alta calidad, pero adquiridos en las tiendas departamentales de Phoenix o Tucson.

No.

En esta ocasión la mayoría de los invitados eran jóvenes vestidos con trajes modestos y ropa normal, pero con hambre de comerse al mundo; sabiendo que para lograrlo tienen que trabajar duro y alcanzar paulatinamente sus objetivos y metas.

A cuatro años de haber iniciado su mayor compromiso político y profesional, Claudia Pavlovich ha hecho lo que no pudieron al menos dos de sus antecesores.

Y me refiero a la etapa final de los sexenios de Eduardo Bours y Guillermo Padrés.

En su quinto año de gobierno, por ejemplo, Bours Castelo acudió a dar el Grito con todas las circunstancias adversas.

Primero porque traía sus costillas quebradas, luego de caerse de su caballo durante la mañana del 14 de septiembre del 2008. Aparte de tener toda la “grilla” en contra por la contratación del préstamo bancario por alrededor de 10 mil millones de pesos para financiar las obras del programa conocido como “Sonora Proyecta”.

Aunado a eso, ya traía un poco baja su popularidad y aceptación entre la gente; derivado de los conflictos políticos con el entonces presidente municipal, Ernesto Gándara Camou, quien competía por la candidatura a Gobernador contra Alfonso Elías Serrano (protegido de Bours y que finalmente perdió en la elección constitucional contra Guillermo Padrés).

La decisión de que Bours acudiera a Palacio de Gobierno para dar el Grito de Independencia, fue simplemente porque la ley decía (suponemos que aún está vigente) que en caso de ausentarse el Mandatario Estatal en turno para este compromiso, su suplente podría ser el Presidente Municipal de la Capital del Estado.

En este caso, pues, le tocaba jalar la cuerda de la campana a Ernesto Gándara Camou.

Pero bueno.

Eso ya es historia.

Más adelante, ya cuando el panismo cumplía su cuarto año en el Poder Ejecutivo, Guillermo Padrés se aisló de las multitudes por el rechazo popular por la aplicación de impuestos y señalamientos sobre los actos de corrupción que pesaban sobre él y sus funcionarios.

El anuncio del impuesto conocido como “Común”, resultó al tiempo una decisión lapidaria para la primera administración panista que ha habido en nuestro Estado.

Porque esos activistas del “Común” (que ahora se encuentran trabajando en diferentes niveles de gobierno, ya que al parecer era lo que pretendían), resultaron ser una verdadera monserga para los operadores del padrecismo que ni con troles y fuerza pública pudieron aplacar.

La diferencia ahora es que Claudia Pavlovich sigue transitando por cualquier banqueta, calle o colonia de Hermosillo y de otros municipios de Sonora, manteniendo el respeto y el agradecimiento de la gente.

De hecho y como una prueba de que las cosas se han estado haciendo bien, la Gobernadora Sonorense está entre las tres mejores aceptadas en todo el país.

Los mandatarios estatales mejor calificados por la ciudadanía, son: Mauricio Vila, de Yucatán; Quirino Ordaz, de Sinaloa; y Claudia Pavlovich, de Sonora. Con números de 79, 65 y 62%, respectivamente.

Es seguro, entonces, que para cuando concluya el mandato de Claudia Pavlovich no recibirá reclamos de la ciudadanía ni saldrá por la puerta trasera, como sucedió con Bours y Padrés, respectivamente.

Bueno.

Les comento que este lunes 16 de septiembre (ayer por la mañana), al acudir a la ceremonia del Primer Informe de Gobierno de la presidenta municipal de Hermosillo, Célida López Cárdenas, la Mandataria Sonorense reiteró que su ejemplo sigue siendo su mamá, Doña Alicia Arellano Tapia, quien cada vez que anda en la calle recibe el saludo y la admiración de la gente por haber sido la primera autoridad local de 1979 a 1982.

Porque luego de escuchar el emotivo informe y mensaje de López Cárdenas (a quien sorpresivamente se le salieron las lágrimas), la Mandataria Sonorense confirmó que seguirá apoyando todas las acciones que beneficien a Hermosillo y sus ciudadanos.

Durante la semana, a propósito, seguiremos desglosando los detalles que surgieron a raíz del Primer Informe de la Administración Municipal de Hermosillo.

Que tengan muy buena semana.


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