T-MEX 2020

T-MEX 2020 PARA NO INICIADOS

Héctor Rodríguez Espinoza

I. Escribir sobre el libre comercio en américa del norte es referirme al intenso y mediático debate previo a la firma del TLC entre los tres mandatarios de Canadá, Estados Unidos y nuestro País, vigente a partir del 1 de enero del fatídico 1994. Coincidió con el levantamiento armado del EZLN que ¿sorprendió? al presidente Salinas de Gortari en esa madrugada brindando, con su familia e íntimos, el arribo de un venturoso nuevo año y época política para nuestra nación.  

En dicho debate participó con un libro honestamente disidente, “Una voz ciudadana”, mi maestro Dr. Carlos Arellano García (1932-2011) quien, ante la negativa de Ed. Porrúa a publicarlo –a pesar de que le publicó el resto de sus prolíficas investigaciones jurídicas-, consiguió editarlo en la Universidad Autónoma de Puebla.

En esa época cursé mi maestría en Derecho Internacional Privado y nuestro maestro Dr. Leonel Péreznieto Castro nos asignó, a cada alumno, un capítulo de mismo, cuya reunión derivó en el primer libro sobre la materia: El TLC, una primera aproximación. Me tocó analizar y criticar el capítulo sobre solución de controversias.

II. Pasados 26 años, a sólo la inminente firma de Canadá, entrará en vigor el nuevo T-MEC. ¿Cuáles son sus particularidades?  

Beatriz Leycegui (T-MEC: BALANCE E IMPACTO, Reforma 18 Ene. 2020), socia de SAI Derecho & Economía y editora de The SAI Report, escribe que el Protocolo Modificatorio al T-MEC ("Protocolo"), firmado en diciembre de 2019, puso fin a las negociaciones que duraron un año entre la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos y el Capitolio.

El único paso que quedaba pendiente para la aprobación del T-MEC en los Estados Unidos era el voto por el pleno del Senado, lo cual ocurrió el jueves 16. Pero ¿cuál fue el costo para México de llegar a este punto? En términos generales, el Protocolo es positivo para los intereses de nuestro país.

En materia de propiedad intelectual, México está atrasado con respecto a Estados Unidos y Canadá en cuanto a generación de patentes, por lo que será ventajoso para el país que éstas cuenten con una menor protección, pues ello permite reducir costos a los consumidores.

En lo que respecta a la solución de controversias, México logró cerrar una laguna jurídica en el mecanismo de solución de controversias entre Estados, la cual se originó en el TLCAN y no pudo ser corregida en la negociación original del T-MEC; resulta vital contar con un mecanismo en el cual se puedan seleccionar a los panelistas a pesar de la falta de cooperación de la parte demandada.

México alcanzó un delicado equilibrio en lo que continúa siendo el tema más delicado del T-MEC: el laboral. Con la introducción de un mecanismo de respuesta rápida, que sólo será aplicable entre Estados Unidos y México y Canadá y México, nuestro país debe evitar el abuso en la utilización de esta nueva herramienta. Para tal efecto, introdujo un "candado", el cual consiste en, ya sea bloquear el uso del mecanismo por dos años o, incluso, suspender la aplicación de beneficios conforme al Acuerdo (i.e. imponer represalias) si una parte no lo ha utilizado de buena fe. Cabe destacar que el mecanismo de respuesta rápida sólo puede activarse cuando se alega la denegación de dos derechos laborales específicos: la libre asociación y la negociación colectiva. Aunque el mecanismo para la aplicación de tales derechos se fortalece al amparo del T-MEC, México ya se había comprometido a implementar tales obligaciones sustanciales bajo otros acuerdos laborales internacionales. Por lo tanto, ésta no será la primera vez que se logren avances cruciales en asuntos internos a través de compromisos internacionales.

Preocupa que, de conformidad con el Protocolo, las Partes tendrán la oportunidad de suspender, inmediatamente, la determinación de aranceles adeudados en las aduanas, hasta que la Parte acusada remedie una presunta violación laboral. En este sentido, se vuelve indispensable que México cuente con un procedimiento homólogo o similar al de los Estados Unidos para suspender la liquidación de derechos de manera recíproca, en caso de que establecimientos de Estados Unidos o Canadá violen los derechos laborales. Finalmente, se demostró que los controvertidos attachés no tendrán facultades ni deberes de verificación, sino que serán personal de la Embajada de los Estados Unidos en México con funciones ordinarias.

A pesar de que el TLCAN vigente ofrece una protección más amplia que el T-MEC a los inversionistas extranjeros, este último reduce, hasta cierto punto, los riesgos de la aplicación de nuevas medidas proteccionistas, o la amenaza de ello, generando condiciones de mayor certeza a los actores económicos.

El T-MEC es un acuerdo que la administración de Trump apoya y, como tal, coloca a México en una posición privilegiada frente a China, la Unión Europea, Japón y otros países que continúan negociando sus términos comerciales con los Estados Unidos. México debe adoptar medidas internas complementarias para, no sólo capitalizar esta ventaja, sino también ofrecer la estabilidad necesaria para reanudar la inversión extranjera y nacional, y generar el nivel de crecimiento económico que tanto necesita.

III. Por su parte, Roberto Morales (EU PRESIONÓ PARA INCLUIRLAS y MÉXICO DESACTIVÓ CLÁUSULAS TÓXICAS DEL T-MEC, El Economista, 19 enero 2019) escribió que Washington buscó poner caducidad al acuerdo, aranceles estacionales, restringir su mercado de compras de gobierno, debilitar los mecanismos de solución de controversias e inspecciones laborales.

El gobierno mexicano logró desactivar un paquete de nuevas disposiciones que propuso la administración del presidente Donald Trump con la intención de reducir el déficit comercial estadounidense o de afectar nuestro atractivo para captar inversiones y que, en su momento, la delegación negociadora mexicana bautizó como “píldoras venenosas”.

Estas nuevas disposiciones se presentaron en la mesa de negociaciones para actualizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, que derivaron en un nuevo acuerdo comercial sustituto, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Estas píldoras de veneno comprendieron propuestas como la cláusula del sunset, con la cual se terminaría automáticamente el acuerdo comercial cada quinquenio, a menos que los tres países acordaran antes renovarlo; reformas en la metodología para fijar cuotas compensatorias por dumping o subsidios en productos agrícolas, y cambios en los mecanismos de resolución de controversias.

Además, el gobierno estadounidense quiso aumentar unilateralmente los aranceles a las importaciones a vehículos automotores mexicanos; restringir las compras gubernamentales de México y Canadá en el mercado de USA y limitar el servicio del autotransporte mexicano de largo en el territorio estadounidense.

Al final de las negociaciones, ninguno de estos planteamientos se aprobó en esos términos, mientras algunos fueron completamente descartadas, si bien México y Canadá otorgaron importantes concesiones en esos y otros ámbitos.

En una de las vertientes, el gobierno de Trump propuso facilitar el levantamiento de casos de dumping o subsidios en 61 productos agrícolas en los que México tiene potencial exportador.

USA pidió que las investigaciones por prácticas desleales de comercio se pudieran realizar con datos de temporada por temporada, es decir, del periodo desde que se siembra hasta que se cosecha, por ejemplo, el maíz, cuatro meses, o las berries, dos meses. La propuesta se descartó finalmente.

En cuanto a la cláusula sunset, fue modificada a partir de una contrapropuesta que hizo el jefe negociador mexicano, Jesús Seade, la cual establece un mecanismo de revisión con un horizonte de planeación de largo plazo.

La cláusula establece una vigencia del tratado sistemáticamente prorrogable de 16 años. En el año sexto a partir de la entrada en vigor, las partes podrán manifestar su intención de extenderla por 16 años más.

En caso de no manifestar su intención de prorrogarlo, se harán revisiones anuales con objeto de obtener dicha confirmación, en ese escenario, se renovaría por 16 años adicionales. El acuerdo terminaría al año 16, en el caso de que, al cumplirse ese plazo, no se haya obtenido la manifestación de todas las Partes respecto a su extensión.

Paneles, otra tensión

También durante la renegociación del capítulo 11 del TLCAN, que trata sobre controversias entre inversionista-Estado, la Casa Blanca propuso un mecanismo que incluye los términos opt-in y opt-out, con los que para iniciar el levantamiento de un tribunal (panel) la parte demandada tiene la opción de someterse al caso o no. De oponerse, el proceso ni siquiera inicia.

Sobre controversias Estado-Estado, se acordó preservar el mecanismo previsto en el capítulo XX del TLCAN 1994. Además, garantiza que ningún país pueda bloquear el mecanismo de solución de controversias.

Asimismo, se mantiene el esquema de solución de controversias en materia de cuotas antidumping y antisubvenciones previsto en el capítulo XIX del TLCAN actual.

Por otro lado, el T-MEC dejó igual la cobertura de compras gubernamentales prevista en el TLCAN actual.  A su vez, las compras de gobierno entre Estados Unidos y Canadá estarán reguladas por lo previsto en el Acuerdo sobre Contratación Pública de la Organización Mundial de Comercio.

En un tema toral, el gobierno de Trump propuso modificar las reglas de origen, a fin de hacerlas más duras y con un mayor contenido estadounidense, en particular en el comercio del sector automotriz.

Por último, ya firmado el acuerdo, en la etapa de negociación de la Casa Blanca con el partido demócrata para conseguir los votos para ratificar el acuerdo en la Cámara de Representantes, los políticos de ese partido presionaron para incluir una adenda en el T-MEC para permitir que inspectores estadounidenses supervisaran en territorio nacional el cumplimiento de los compromisos laborales de México.

México la rechazó tajantemente y en su lugar prometió elevar el presupuesto para implementar la reforma laboral y aceptó la implementación de paneles laborales y la conformación de un comité de supervisión de aplicación de la mencionada reforma.

IV. Sea lo que fuere, hagamos votos por que, a pesar de nuestra asimetría económica con los gigantes del norte y nuestra dependencia del coloso y goloso vecino inmediato para bien y para mal, avancemos en el ansiado desarrollo económico, social y cultural.  

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