Las incoherencias de Gildardo y las omisiones del “Pato”


Con la inminente venta del Banco Nacional de México (Banamex), se demuestra que la institución financiera ya no tiene -ni tendrá al menos en los próximos tres años- el mismo favoritismo gubernamental de otros sexenios.

En la conferencia de prensa de este lunes por la mañana, en una evidente pregunta “sembrada” al presidente Andrés Manuel López Obrador (por parte de uno de los reporteros a los que les da constantemente el uso de la palabra), exhibió que durante los mandatos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, a Banamex se le condonaron corruptamente más de 15 mil millones de pesos en impuestos.

Mientras que los mexicanos más pobres, como usted o cualquier otro, siempre hemos estado obligados al cumplimiento de las contribuciones municipales, estatales y federales; siendo éstas últimas las que menos perdonan por nuestras demoras, utilizándose en muchas ocasiones las vías legales para cobrarnos.

Sería lógico pensar que ante las acertadas decisiones que está tomando el Gobierno Federal, es viable el ajuste de cuentas (por concepto en el cobro de impuestos) a otros bancos y empresas de grandes capitales nacionales o extranjeros.

Lo importante para los mexicanos, con esta venta, no es saber qué grupo empresarial o magnate va a comprar Banamex.

Eso ¿a quién fregados le importa? Sino qué beneficios podríamos tener como sociedad para que se manifieste en la microeconomía de nuestras familias.

Como usted ya lo sabe, México es uno de los países donde los bancos de todo el mundo tienen mayores ganancias.

Ya sea por las altas comisiones que cobran por cualquier servicio.

O por los altos intereses que aplican por los préstamos de dinero, los cuales se autorizan -paradójicamente- solo si el solicitante comprueba que no lo necesita.

Y que además, pueda garantizar el pago del préstamo, hipotecando activos fijos que cuesten más del doble de lo pedido.

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Triste noticia para la comunidad de Ures, Sonora, por el fallecimiento del ingeniero agrónomo Jorge Alberto Gastélum López, quien en su vida profesional detentó varios puestos en el servicio público de nuestro estado.

Entre esos cargos se encuentra la Presidencia Municipal de su municipio, la Diputación local por el Distrito del Río Sonora, la Dirección General del Icatson, una Sub Dirección de área en el Isssteson y otras encomiendas durante los gobiernos del PRI.

Partido político al cual perteneció.

Sin embargo la observación aquí -y que manifestaron inconformes algunos priistas en las redes sociales de internet-, es que su Comité Directivo Estatal (CDE) presidido por Ernesto De Lucas Hopkins, no se dignó ni siquiera a mandar una ofrenda floral o publicar una esquela.

Lo mismo que cuando murió Héctor Cáñez Vázquez, que también pasó la mayor parte de su vida en diferentes puestos del entonces invencible tricolor.

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Por rumbos del Congreso del Estado de Sonora, la diputada local Alejandra López Noriega se convirtió en la primera mujer que toma las riendas de la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional (PAN); sustituyendo a Ernesto “Kiko” Munro, quien obviamente no quedó muy contento con la remoción.

Nos causa curiosidad, que una vez concluido el período de Ernesto Munro Palacio como presidente del CDE del PAN, su sucesor Gildardo Real Ramírez, le aplicó “la grúa” a su junior como coordinador y lo sustituyó por López Noriega que cumple su tercer período en el Poder Legislativo Local.

Más una Diputación Federal.

Aunque claro…

Gildardo Real utilizó el pretexto de haber hecho un consenso entre los miembros de la fracción parlamentaria del PAN, logrando así un supuesto nombramiento democrático; lo cual resulta paradójico por las inercias de toda su trayectoria política, ya que él nunca ha ganado una elección constitucional.

Por el simple hecho de jamás ha participado en ninguna.

Salvo la interna del pasado mes de noviembre, donde las “cargadas” del panismo lo designaron presidente del CDE del PAN.

Llamó la atención que con el fin de darle un premio de consolación a “Kiko” Munro, el nuevo dirigente estatal del PAN le consiguió un puesto sin importancia en la intrascendente Asociación de Diputados panistas de otros municipios del país.

Es más, si la supuesta democracia de Gildardo Real fuera tal y como lo dice su apellido (real), en la Legislatura de cuando fue coordinador de la fracción parlamentaria del PAN, hubiera sugerido una elección democrática y no tomar el puesto por el dedazo que lo favoreció.

Quién quite y desde entonces, Alejandra López Noriega ya fuera coordinadora y no se hubiera tenido que esperar tanto tiempo.

Ajá.

Por cierto, anda tan desatado Gildardo Real, que ya la agarró en contra de Morena y el PRI por el nombramiento de la ex gobernadora sonorense Claudia Pavlovich como cónsul de México en Barcelona, España.

Lo más incoherente que afirma, es que Pavlovich Arellano se prestó para el triunfo del ahora gobernador Alfonso Durazo contra Ernesto Gándara durante las elecciones del año pasado.

¿Sería necesaria una operación política de estado con 16 puntos de ventaja en los conteos finales?

No creo.

En vista de que Gildardo Real nunca ha aparecido en las urnas durante una elección constitucional, es claro que pierde el razonamiento objetivo de lo que opina.

Hasta luego.

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