+ Millonarias inversiones para consolidar metas turísticas en 2026; suma el Ayuntamiento más de 144 MDP para mantener el ritmo de la recuperación; “no hay grupos, solo hay PRI”, dicen seguidores de Lila García; Lamarque no se distrae; Aguilar cree en el humanismo mexicano
Agustín Rodríguez L.
SAN CARLOS, Son. – Hace unos días el gobernador Alfonso Durazo confirmó el inicio de obras para terminar pronto el malecón de San Carlos, con inversión de cientos de millones de pesos que permitirán disfrutar la incomparable belleza natural frente al Mar de Cortez.
En paralelo, la iniciativa privada crea infraestructura hotelera y de servicios respondiendo al fomento que la autoridad hace a la actividad turística, que tanto beneficio dispersa para todos. Eso confirma sinergia propia de la confianza entre autoridad e inversionistas, reflejada en el avanzado cuanto ambicioso proyecto transformador para este destino turístico.
Faltaba algo y este jueves lo informaron: los integrantes del Cabildo guaymense aprobaron un paquete de obras por casi 144 millones de pesos de recursos a manejar por la comuna, para mejorar calles, servicios básicos, fomento al deporte y recuperar espacios de convivencia familiar.
Se ha estado invirtiendo mucho dinero, por encima del promedio “normal” de los ayuntamientos del pasado, y en 2026 no será la excepción.
Recuerde, nos van a recuperar la colorida Fuente Danzante que tanto visitante atraía hasta su abandono abusivo por parte de autoridades irresponsables. El Malecón Turístico mismo está en el proceso de rescate, pues desde su construcción, hace más de 2 décadas, no recibió el debido mantenimiento. Y añada el presupuesto para convertir en andador la calle 23 frente a Palacio Municipal, con bancas, palmas y demás, que llegará hasta el malecón mismo.
Lo hecho los últimos 4 años destaca a partir de transformar espacios mejorando el Centro Histórico. Eso fortalece la promoción de San Carlos, pues nunca un destino estará completo sin el pueblo que le dio origen. La identidad atrae al visitante.
En cuanto a la confianza del inversionista, este fin de semana podrá confirmarlo cuando usted venga y encuentre muchas promociones, como el Festival del Camarón o el Desfile Navideño de Yates, etc. En el camino verá grandes construcciones que pronto serán hoteles y condominios de espectacular y prometedora imagen.
Hay mucha inversión y la tendencia es que en 2026 se formalice el corredor turístico San Carlos-Miramar, ese litoral tan atractivo que vende por sí solo y que se apreciará más aún gracias al malecón, a la carretera construida para llegar al Delfinario –cuyos conceptos cambiarán pronto, para adaptarse a los tiempos–, que le une con Miramar y su escollera, muy visitada por los efectos místicos que le atribuyen y que son verdad, a partir de la belleza del lugar.
Y hay más, el Gobierno del Estado desenreda las formas de aprovechar suelos de propiedad mixta, empresa-gobierno, para responder a inversionistas que insisten en crear en Bacochibampo, la Capital Náutica de México, ese proyecto visionario de finales del siglo pasado, frenado por la ambición, pero vigente gracias a la persistencia y paciencia de sus creadores, quienes hoy encuentran eco hoy en un gobierno sensible y alejado de las mañas típicas de políticos perfectamente identificados.
Será 2026 año de definirlo y lo que está a la vista es augurio del salto esperado, para beneficio a distribuir en todos los sectores. Lo demás será trabajo de la autoridad para consolidar metas y hacer que la confianza permanezca. La derrama económica y la generación de empleo serán la mejor recompensa.
“NO HAY GRUPOS, SOLO PRI”
Lejos de los reflectores del ayer, sin las masas populares saturando espacios, el PRI renovó directiva en Guaymas.
Los comentarios hacia Lila García, nueva presidenta del Comité Municipal del exinvencible, son positivos y eso ayuda al tricolor.
La mañana de jueves conviví con varios guaymenses invitados al evento, simpatizantes de los dirigentes, no del PRI, y hablaron de políticos y acciones afines a las buenas costumbres. Una de mis preguntas hacia ellos fue sobre qué grupos estuvieron en el lugar.
Fue el abogado Felipe Hernández quien centró la respuesta más sensata que he escuchado para llevar al PRI al mejor puerto posible, hoy que está en medio de la tormenta en una barca haciendo agua: “no hubo grupos, hubo gente interesada en el partido, en hacer política”.
Quieren ver cómo superar la dura prueba que enfrentan. Si tiene razón, es bueno, pues habrían aprendido la lección. Hasta uno que otro panista y perredista estuvo en el lugar. No fue mucha la asistencia. Quizá unos 100, pero eso en los actuales tiempos es significativo, porque no fueron por acarreo o pagos, sino a conocer la oferta del nuevo partido, descrita por Lupita Soto, dirigente estatal, y por Lila, la nueva presidenta del Comité Municipal.
Que ella esté allí significó la mejor opción encontrada por quienes persistente en mantener vivas esas siglas.
Resta ver si la renovación del PRD y el PAN revela similares propósitos, sobre todo del blanquiazul, cuyos dirigentes estatales no muestran indicadores confiables y parecieran estar obnubilados por la soberbia. No se hincan ante la tempestad.
LAMARQUE NO SE DISTRAE
Qué grato saludar en Hermosillo a Javier Lamarque, alcalde de Cajeme. Y doble satisfacción al verlo llegar con quien le une un gran afecto, el senador Heriberto Aguilar, cuyo apego data desde que acompañaban a Andrés Manuel López Obrador en el cerro, la ciudad, cuanto lugar quisieran oírlos, para fundar más tarde el Movimiento de Regeneración Nacional.
Hoy son parte importante del fortalecido morenismo y Javier, maduro, no muerde la carnada cuando busco su respuesta sobre sobre su campaña por la gubernatura, pues “soy el alcalde de Cajeme y en esto ando”, responde, agregando metas en las cuales está inmerso.
Qué bien. Espera los tiempos y no abandona sus obligaciones actuales.
En cuanto al senador, Heriberto Aguilar, mantiene contacto con su amigo y mentor. Persiste la ayuda mutua para lo que siempre buscan, que es el bien de todos. Les creo.
Sobre todo, a Aguilar, a quien repetidamente se le mira haciendo el bien, pero trata de que su mano izquierda no sepa lo que hace su diestra, pues lo contrario no es el objetivo del político, enfatiza, y describe aspectos filosóficos describiendo el humanismo mexicano en el que cree y considera fundamental para reducir el materialismo voraz generador del retraso en un país rico, cuya administración de décadas fue de mandatos lejanos a la idea fundamental de quienes lucharon por forjar nuestra nación: bienestar. Sobre todos para los que menos tienen.