Miles de mexicanos deportados por la administración Trump buscan reconstruir su vida en México con apoyo local.
Ernesto Méndez
Heriberto Juárez es uno de los más de 33 mil mexicanos deportados de Estados Unidos en esta nueva era de Donald Trump.
A Beto, como le dicen sus amigos, el sueño americano sólo le duró un año con ocho meses.
Cuando despertó, ya estaba otra vez en México, sin dinero y sin trabajo, únicamente con lo que traía puesto.
De acuerdo con la presidenta Claudia Sheinbaum, en los primeros 100 días de la administración Trump, fueron retornadas a nuestro país 38 mil 757 personas.
“De las cuales: 33 mil 311 son mexicanas y cinco mil 446 son extranjeras”, dio a conocer en la Mañanera del Pueblo en Palacio Nacional.
Para pagarle al pollero, Heriberto tuvo que pedir prestado 10 mil dólares, algo así como 200 mil pesos mexicanos.
Con ese dinero consiguió viajar desde el Pueblo de Nativitas, en la Alcaldía Xochimilco, hasta Atlanta, Georgia.
“Desde la Ciudad de México contactamos a una persona a la que se le conoce como pollero. Cruzamos al otro lado por la ciudad de Reynosa Tamaulipas a través del Río Bravo”
La mitad del dinero lo pagamos cuando comenzamos el viaje y la otra mitad, ya cuando estábamos en Estados Unidos; el pollero se comunicó con mi familia para que entregaran el resto”, explicó.
Heriberto vivía con 12 connacionales hacinados en un pequeño departamento de dos recámaras en el condado de Gwinnett.
Todos los días se paraba temprano a buscar trabajo para juntar dinero para pagar sus deudas, enviar dinero a su esposa y sus dos hijos, y tratar de sobrevivir en Estados Unidos, hasta que las redadas y operativos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), lo sorprendieron una mañana del mes de abril.
“Estábamos haciendo mantenimiento en una yarda, poniendo pasto y plantas; cuando nos dimos cuenta ya estábamos rodeados”, relató.
Después de permanecer una semana en la cárcel, fue deportado a México por la garita de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
“Uno va por necesidad y regresa peor de lo que se fue, debiendo dinero y con un gran pesar; por muy valiente que te sientas, el corazón se te hace pequeño cuando te das cuenta de que no lo pudiste lograr”, comentó Heriberto Juárez.
Lazos de apoyoAnte esta dura realidad, desde el Congreso de la Ciudad de México, se aprobó un Punto de Acuerdo para exhortar a las 16 alcaldías a implementar acciones urgentes para proteger los derechos de los migrantes deportados.
La diputada local Judith Vanegas, integrante de la Comisión de Personas Migrantes originarias de la Ciudad de México, explicó que la idea es ofrecerles apoyo y financiamiento para que estén en posibilidad, por ejemplo, de comprar herramientas y emprender un negocio.
“Que puedan aplicar aquí todos los conocimientos que adquirieron en Estados Unidos, con impulso a proyectos productivos para emprendedores”, señaló.
Indicó que se debe garantizar que los connacionales tengan un entorno favorable para su reinserción en la sociedad y el mercado laboral.
“La idea es que sean reintegrados principalmente en las alcaldías rurales y semirrurales de la capital del país, donde hacen falta manos para trabajar el campo”, manifestó.
El Punto de Acuerdo presentado por la diputada Judith Vanegas contempla además la instalación de módulos móviles para regularizar su documentación oficial como la credencial del INE, CURP y RFC.
Otro aspecto importante, es que los connacionales tengan acompañamiento psicológico, para que puedan superar las secuelas después de pasar este trago amargo, así como campañas de sensibilización para prevenir actos de discriminación en las comunidades.
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