Paréntesis | Hasta siempre Jorge Flores: el fotoperiodista que capturó el alma de Hermosillo

Tenía un talento especial para capturar tanto la crudeza de la noticia como la belleza de la naturaleza y la vida cotidiana.

Redacción / El Sol De Hermosillo

Alejandra Olay / Colaboradora

Solemos ignorar que tenemos el tiempo contado. Vamos por la vida entre prisas, compromisos, amores, viajes y días simples, cultivando recuerdos que se esfuman o regresan como si hubieran pasado ayer. Así vamos llenando la memoria de momentos que a la postre se convertirán en un insumo para las despedidas. El pasado jueves nos sorprendió una noticia triste: el fallecimiento del fotoperiodista Jorge Luis González Flores (1965-2025), a quien conocíamos como Jorge Flores “del Expreso”, el papá de Jorge Hiram y Lluvia, esposo durante muchos años de Magda Rivera.

La noticia se propagó rápidamente entre colegas periodistas de Sonora, fotógrafos por supuesto, reporteras y reporteros, comunicadores y amistades que pronto cedieron a la sorpresa para entender que no había marcha atrás, ya no se le verá más saliendo a la ciudad para captar los detalles que solemos pasar inadvertidos.

Jorge tenía su clika de amigos fotógrafos, con quienes solía salir a captar imágenes de la naturaleza, con quienes seguramente discutía sobre su labor, trabajo y las noticias infinitas sobre corrupción, violencia e injusticia que tanto le indignaba.

Jorge FloresJorge Flores en la lente del fotógrafo Luis Jorge / Foto: Cortesía | Luis Jorge

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En los muros de facebook pronto pudimos leer sentires compartidos de sus amigos, como el de Jesús Ballesteros Aguilar, fotógrafo y compañero de trabajo durante más de 20 años en Expreso: “Hoy nos toca despedir a Jorge Flores, un hombre que fue mucho más que un fotógrafo. Y sobre todo, un gran amigo y ser humano. Jorge vivió con pasión y entrega. Cada día era para él una nueva oportunidad de emocionarse con la vida y con su trabajo. No había instante que no lo motivara a buscar la mejor fotografía, aquella que atrapara rayos, estrellas fugaces o la belleza de una tormenta en el cielo. Ese misterio que lo acompañaba lo hacía mirar siempre hacia arriba, como si en el firmamento encontrara respuestas. Era un hombre discreto, que prefería guardar sus sentimientos para no incomodar, pero quienes lo conocimos sabemos que en su interior habitaba un corazón noble y agradecido con la vida. Le gustaba compartir momentos con sus amigos, disfrutar la compañía sincera y, aunque pocas veces hablaba de sí mismo, su esencia se hacía presente en cada gesto y en cada imagen que capturaba. Nos deja el recuerdo de un ser apasionado, autosuficiente y generoso. Un hombre que, sin hacer ruido, marcó la vida de quienes lo rodeamos. Jorge Flores se va de este mundo, pero nos queda su mirada convertida en fotografías y su memoria convertida en ejemplo de vida”.

Luis Jorge, también fotógrafo y uno de sus mejores amigos, le rindió homenaje a su manera, como lo hizo muchas veces, compartiendo las múltiples imágenes que le tomó en más de una ocasión. Cómo olvidar cuándo Jorge vivió una de las etapas más difíciles de su experiencia laboral en el periódico Expreso. Ahí estuvo Luis, siempre aliado.

Jorge FloresJorge Flores en una cobertura deportiva con sus colegas y amigos, Luis Jorge y Gamaliel González / Foto: Cortesía | Luis Jorge

Joel Montoya, fotógrafo y maestro universitario, recordó la visita del fotógrafo al salón de clases luego del periodo de hospitalización que vivió el año pasado por problemas cardíacos: “Tuvimos también el honor de contar con tu presencia en el aula a donde llevaste unas imágenes sorprendentes, que creo nunca llegaron a una galería y lamento haya quedado pendiente esa mención que hice de tu presencia en la exposición-homenaje a Crispín Ballesteros… Agradezco tu sencillez y los diálogos con la fotografía, mi estimado amigo, figura importante del fotoperiodismo contemporáneo en Sonora”.

En la fotografía de Jorge Flores estaba la ciudad: el accidente, la labor de los bomberos a quienes tanto admiraba, la faena de quienes se ganan la vida a la luz del sol, las marchas, el sudor de un soldado en los honores a la bandera, los paisajes, los rayos, el sol, la luna, los pájaros, la familia, una persona bañándose bajo la lluvia…

Jorge Flores fue despedido con una misa en la parroquia Nuestra Señora de la Paz, en la colonia Villa Bonita en Hermosillo, rodeado de sus amigos más cercanos y familia. Ahí estuvieron Luis Jorge “El Punko, Eleazar Escobar, Pepe Ávila, Jorge Angulo, Gamaliel González, Carlos Villalba, Jesús Ballesteros, Ana Jhonson, Edith Cota, entre otros. (Quiero imaginar que también los espíritus de Fausto Ibarra, Mario Alfonso Mazón y Humberto Anaya). Ahí estuvieron para dar el pésame y enterarse en voz de su primogénito, que una vez a las tres de la mañana lo despertó para que lo acompañara a captar una lluvia de estrellas que tardó en llegar pero llegó. Todos asintieron con una sonrisa, porque así era el Jorge, aventurero, fotógrafo hasta la médula.

Jorge FloresJorge Flores, Descanse en Paz / Foto: Cortesía | Luis Jorge

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Magda Rivera Carrillo, con quien compartió sus años de juventud y la crianza de sus amados hijos, escribió: “Hubo una época de recorridos por veredas, caminos intrincados, cubiertos de matorrales, enredaderas y eucaliptos. Eran tiempos de cazar pájaros. No para comer, sino para captar la belleza de su plumaje, la gracia de su vuelo. Eran flores cantando que tú ibas recolectando con finísima paciencia en la caja mágica que atrapa el tiempo y los sueños. Paciencia, mucha paciencia había en aquellos recorridos matinales lejos, lejos, muy lejos del ruido de la ciudad. Entre el verdor y el canto de pájaros volvías a ser aquel niño quetzal que un día dejó el bosque, cruzó el inmenso río y llegó a la frontera para nacer de nuevo. Estás de vuelta en casa. Tu casa con sabor a selva y barro, te recibe entre la bruma del sueño eterno. Descansa, descansa en paz. Luz eterna e infinita. Jorge Hiram, Lluvia y yo oramos por tu eterno descanso. Dios Padre te recibe en sus brazos. Gracias por el tiempo que estuviste entre nosotros”.

QEPD, Jorge Luis González Flores. Quedan sus imágenes para la eternidad.

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