¡De plano!, la única solución es la vacuna; porque no hacemos caso


Eugenio Madero Samaniego

Perspectiva Sonora

En estos días de tantas desgracias que hay en el mundo, cómo quisiera escribir un tema que no estuviera relacionado con lo que estamos viviendo a raíz del coronavirus.

Para esta ocasión, trataré de cambiar el significado de mi texto refiriéndome a las peripecias que sufren millones familias por la falta de alimentos y otros servicios básicos en sus hogares, provocado esto por los pocos ingresos y las limitaciones para trabajar.

La disyuntiva diaria que enfrentamos los padres de familia, es:

1)  quedarse en casa para evitar el virus, o

2)  irse a trabajar con todas las precauciones y traer el sustento a casa

Hermosillo al igual que muchas ciudades del país, tiene una gran cantidad de necesidades que difícilmente las autoridades y la sociedad civil podrían resolver de manera mediática.

Y menos de largo plazo.

Pero es digno de reconocer cuando un político -o alguien que se jacte o tenga una representación popular-, emprende alguna acción a favor de la ciudadanía; tal y como lo hemos visto en algunos casos recientes (Jesús Alonso Montes Piña, Rosy Martínez, Rogelio Díaz Brown, Antonio Astiazarán, Alejandra López Noriega, Fermín Trujillo Fuentes, Jorge Villaescusa Aguayo, la propia gobernadora Claudia Pavlovich, la alcaldesa Célida López y demás).

Sin faltar los funcionarios que siguen arriesgando su salud con visitas a las colonias y barrios de los municipios de Sonora, entre los que sobresalen Manuel Puebla, Ricardo Martínez Terrazas, Elly Sallard, Karina Zárate y otros.

Mención especial para el secretario de Salud, Enrique Clausen Iberri, y ahora el sub secretario, doctor Ricardo Espinoza Castro (que acaba de resultar positivo al coronavirus, pero está bien y con síntomas leves), entre otros.

De parte del Ayuntamiento de Hermosillo hemos visto en sus actividades diarias al secretario de Transformación Social, Edgar Sallard; el director de Inspección y Vigilancia, Gino Saracco; el tesorero, Daniel Sánchez González; etcétera.

Obvio que la "vocación de servicio" de algunos de ellos es exclusivamente por motivos electorales.

Y en ese punto debemos reconocer a los que se han atrevido a hacer lo que otros no han hecho:

Arriesgarse  a andar en la calle y tener contacto con personas que pudieran estar contagiadas.

Mientras que otros han optado por resguardarse en sus casas y desde el confinamiento siguen adelantando acuerdos previos a las elecciones del 2021.

¿Nombres...?

Tenemos muchos.

De buenos y malos; y de algunos que gracias a Dios han superado la enfermedad.

Lo que no saben esos políticos y que sería bueno que se lo dijeran sus asesores, es que ningún científico en el mundo puede asegurar una fecha exacta de vencimiento de este terrible mal. Pese a que ya se descubrieron algunas fórmulas de vacunas que tentativamente se van a empezar a aplicar a partir de diciembre; primero en Estados Unidos y después en el resto del mundo.

Aun así esos políticos siguen haciendo sus planes como si tuvieran la seguridad de que a partir de enero o febrero pudieran hacer aglomeraciones en las colonias, barrios y fraccionamientos de los 72 municipios de Sonora.

Pero bueno.

Mientras los políticos concentran sus planes para las elecciones del 2021, hay otro "ejército" de gente luchona que trabaja a diario porque si no, no come.

Y me refiero a esos pobres que en lugar de trasladarse en su carro -con la refrigeración encendida y los vidrios cerrados para que no le salpique de saliva algún conductor imprudente que escupa en la calle-, tienen que subirse al camión tratando de conservar su sana distancia con el resto de los usuarios.

Todos esos trabajadores, son los que realmente nos interesan y les deben de interesar a las autoridades responsables.

Porque al irse a trabajar desde muy temprano, esa gente no tiene tiempo para ver las conferencias "mañaneras" del presidente Andrés Manuel López Obrador-

Ni tampoco para escuchar los discursos divagantes de López Gatell.

Esos pobres, probablemente tampoco tengan la capacidad económica para comprar un cubre bocas y tampoco gel antibacterial.

Menos adquirir guantes látex, que después del primer uso tienen que irse al cesto de la basura.

Los pobres, esos que dice López Obrador que son primero; sí son los primeros en sufrir hambres y carecer de muchas otras necesidades. Tampoco tener dinero para pagar el recibo de la luz de la dependencia que dirige el dinosaurio más representativo de la corrupción de México en toda su historia.

Porque Manuel Bartlett no solo representa el continuismo y los malos hábitos de la política mexicana de las últimas décadas; ya que entre tantas cosas que le han señalado, está el haber sido acusado como el autor intelectual del homicidio del periodista Manuel Buendía a mediados de los años 80's.

Además de otros actos deshonestos que le achacan desde antes y durante el presente sexenio.

Sin salirnos del tema, hay que reconocer que aunque no ha llegado la ayuda del Gobierno Federal para mitigar la propagación de los contagios del coronavirus; nosotros tampoco como sociedad hemos hecho nuestro trabajo.

Porque independientemente del color de los semáforos epidemiológicos que nos imponga la Secretaría de Salud del Gobierno de la República, nosotros debemos seguirnos cuidando con las recomendaciones que nos han hecho desde principios de la pandemia.

¿Cuántas veces hemos visto a infinidad de personas sin usar el cubre bocas en la calle, en el camión urbano, haciendo fiestas o juntadas los fines de semana?

Misma situación se ha visto en los campos deportivos -o llaneros, como nos identifican los políticos- con jugadores y porristas sin la más mínima protección.

Como sucedió este domingo en las canchas de futbol de La Sauceda.

¡De plano!: la gente no entiende.

O no entendemos, pues.

La "nueva normalidad" que se dice debemos de empezar a vivir, creo que nunca llegará por las modificaciones a nuestra conducta.

Y el único remedio que realmente veo para que termine esta pandemia con tantos contagios y fallecimientos en el mundo, es definitivamente la existencia de las vacunas que ya están produciendo algunos laboratorios en el mundo.

Ahora es cuestión de que la apliquen en base a una buena programación.

Seguimos en la semana.

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