Entretelones
Samuel Valenzuela
Samuel Valenzuela
Ahora es una reforma a la ley de Salud durante el gobierno de Felipe Calderón, la excusa para que durante casi siete años miles de mexicanos sufran de falta de medicamentos en nosocomios públicos; que repunten males infantiles ya erradicados dada la falta de vacunas y por desatender el Programa Nacional de Vacunación.
Desde la gestión del ahora residente de La Chingada, fue un cuento de nunca acabar y una cantaleta estúpida de que la falta de medicamentos en farmacias y hospitales del sector público se había resuelto o estaría resuelto en un mes, en un año o en dos y que tendríamos o ya teníamos un sistema de salud mejor que el de Dinamarca.
Cuántas veces diría esa mentira el presunto anacoreta de Palenque luego de desmantelar la plataforma de abasto y red de distribución de medicinas que a lo largo de muchos años había garantizado un abasto con suficiencia y poder desplegar un programa intensivo de vacunación anual que cubría las comunidades más remotas del país, pero que según él era mediante un esquema de corrupción.
Megafarmaciototota.
La verdad es que nunca nadie fue inculpado por corrupto, sino al contrario, los inventores del fracasado INSABI que suplió al exitoso Seguro Popular, hasta ahora son sospechosos impunes de actos corruptos por sus millonarios negocios con ventiladores y equipamiento inservible para enfrentar el COVID-19, para en resumen, durante el obradorato el combate a presuntos actos de corrupción, se sustentó en la pérdida de miles de vidas.
Frente a sus incapacidades de disponer una estrategia que resuelva de fondo la escasez de medicinas y en sí, las notorias deficiencias de su gobierno en la prestación de servicios de salud sin lastimar el amor propio de su amo de La Chingada, la presidente Claudia Sheinbaum remitió a 15 o a 16 años atrás la responsabilidad de que ahora y desde hace casi 7 años, se haya desplomado la capacidad del gobierno para atender las necesidades de salud de los mexicanos.
Mentiras, engaños y traiciones.
Con la manita en la cintura se excusó al decir que como Calderón eliminó de la ley de salud el requisito de que las empresas farmacéuticas se instalaran en territorio nacional, esa fue la razón por la que hay desabasto, como si durante el obradorato no hubieran tenido la mayoría legislativa para revertir disposición atribuida al calderonato.
Luego del sonado fracaso del INSABI, se les ocurrió el IMSS-Bienestar y en materia de abasto de medicinas tampoco han dado pie con bola, a pesar del despojo histórico perpetrado contra el patrimonio de los estados del país que firmaron un convenio con el que ceden a ese mamotreto toda su infraestructura hospitalaria, así como su operación, recursos humanos y demás, en los que simple y llanamente centralizaron, federalizaron a dicho sector, lo que para Sonora por ejemplo, representó un despojo super millonario.
¿Y fue para mejorar? Pues todo indica que no, porque menudean denuncias, tanto de usuarios del IMSS como del llamado IMSS Bienestar, y ahí está el que el gobernador Alfonso Durazo Montaño haya anunciado una “compra-puente” de 200 millones de pesos de claves médicas, en tanto que la federación dispone de recursos.
Suponemos entonces que cuando sirva de algo la megafarmaciototota, dicho monto será repuesto a las arcas estatales, porque si no, se sumará al despojo de hospitales, clínicas y centros de salud, que a lo largo de los años fueron construidos con recursos estatales y que ya no son patrimonio de los sonorenses.
Alomía y Durazo.
La solidaridad del mandatario estatal no es para la federación, es con los sonorenses que batallan comprando sus medicinas en farmacias del sector privado, o que tiene que atenderse en hospitales privados, además que lo excluye de responsabilidades de la problemática actual en dicha materia, al igual que excluye al titular de salud, José Luis Alomía, quien dicho sea de paso es el único del gabinete que se mantiene en la posición a la que fue nombrado el 13 de septiembre de 2021.
Es más, sostenemos que si Durazo Montaño no estuviera tan fuertemente comprometido con el régimen cuatrotero, a la luz de los malos resultados, ya hubiera revertido el convenio con IMMS-Bienestar y recuperado las responsabilidades constitucionales en la prestación de los servicios de salud y el patrimonio del Estado, para generar las condiciones que garanticen la buena atención a enfermedades de sonorenses que no puede proporcionar la federación.
Al menos la presidente no insiste en lo de Dinamarca, ni pone canciones para distraer a turulatos, pero culpar a Felipe Calderón por la falta de producción nacional de medicinas e insumos médicos, deja ver ese cinismo ejemplar de una clase gobernante reacia a asumir responsabilidades de nada y a excusar sus incapacidades echando culpas al ya lejano pasado, porque al cercano sería como Harakiri.
Piden apoyo a Durazo.
Ese sinfín de justificaciones se extrapola a prácticamente todos los temas de interés nacional, con problemáticas agudizadas a partir de 2018, sin que a pesar del poder hegemónico detentado puedan encontrarle la punta al hilo y peor en el caso del sector salud, sin duda el más embarrado por las mentiras, engaños y traiciones al pueblo de México por parte de esa caterva de simuladores.
Y en dicho contexto se les ocurrió echar a volar un programa denominado Salud Casa por Casa, el cual consiste en llevar atención médica directamente al hogar de adultos mayores y personas con discapacidad, para brindarles seguimiento y cuidados de salud, o sea, acercar los servicios de salud a quienes más lo necesitan, con un enfoque en la prevención, el seguimiento personalizado y el bienestar integral de las personas de ese sector poblacional.
Pero a penas en el arranque ya la cochi tuerce el rabo, porque el personal de enfermería encargado de la cobertura territorial se fueron a paro el 1 y dos de este mes, porque en la delegación del Bienestar a cargo de Octavio Almada y en las oficinas centrales que operan dicha estrategia no han atendido sus reclamos y recurren a la capacidad de gestión del gobernador para que los ayude.
Quienes acuden a los hogares de los beneficiarios para realizar valoraciones, tomas de signos vitales y seguimiento de su estado de salud; quienes tratan de identificar y atender problemas de salud desde una etapa temprana, así como ofrecer orientación sobre temas de salud bucodental, alimentación y otros aspectos importantes para el bienestar, además de dar seguimiento médico a cada paciente, adaptando las recomendaciones y tratamientos a sus necesidades individuales, entre otras responsabilidades, tienen dos meses sin haber recibido pago.
Karina del Rosario Yánez.
Piden al gobernador apoyo para recibir pagos con puntualidad, contar con servicios médicos, tener copias de los contratos, contar con historial laboral como lo establece la ley, estipulación y seguimiento de las normas de la secretaría del trabajo, calendarizar entrega de uniformes, insumos, materiales y equipamiento indispensable para su desempeño, entre otras exigencias y beneficios como trabajadores de la salud, o sea, todo, porque al parecer abusaron de su buena fe y disponibilidad.
Y así se la han llevado en los últimos años con ocurrencias e improvisaciones, a costa de la salud y de la vida de las y los mexicanos.
“De antemano agradecemos su valioso apoyo para lograr la dignificación de los trabajadores de la salud, lo cual se verá reflejado también en la salud de las y los sonorenses# se establece en el documento firmado por Karina del Rosario Yánez Granillo, presidente del Movimiento por la Enfermería en Sonora A.C.
Esos son los resultados de ocurrencias e improvisaciones, a costa de la salud y de la vida de las y los mexicanos.