Panfleto

Entretelones
Samuel Valenzuela

Samuel Valenzuela

De reconocerse la generosidad del senador Adán Augusto López en estos días de dar y de desear el bien a 67 integrantes de la bancada coordinada por él, con el excepcional y caro regalo de alrededor de 250 libracos por piocha cuya autoría se atribuye a Andrés Manuel López Obrador.

Por lo pronto, el presunto anacoreta residente de La Chingada ya amarró un muy alto ingreso por regalías por una arrastrada de lápiz que solo los idiotas consideran cierto y los beneficiarios del regalo del narcosenador ya amarraron material suficiente para alimentar chimeneas y fogatas durante esta fría temporada del año.

Don La Barredora.

Fueron más de siete y medio millones de pesos los gastados para dispersar la obra intitulada Grandeza en la que en menos de un año un equipo de colaboradores con habilidades para el refrito y para la fábula, resume miles de años de culturas ancestrales del llamado “México Profundo”, que ni siquiera ha sido leído completo por su presunto autor y que contiene innumerables erratas históricas.

Respalda lo anterior la reconocida pobreza de lenguaje del expresidente, su maniqueísmo notoriamente primitivo, su tendencia irremediable a la cosificación, y su reduccionismo de buenos contra malos y pobres contra ricos, cuyo conjunto lo descarta de ser el autor del panfleto pseudocientífico.

Queda fuera de cualquier discusión la anterior realidad, aunque no es limitante para que el simulador consiga sobrados ingresos económicos sin trabajar y disfrutar en todo lo alto de su aristocrático retiro a costa de la credulidad de idiotas tan abundantes en nuestro querido México y hasta en el extranjero.

Vamos a confesar que le dimos un entre a los resúmenes sobre su contenido y de plano lo descartamos como posible lectura frente al evidente propósito de retorcer la historia de México a la conveniencia de un solo sujeto obsesionado con su insaciable ego y además plagado de falacias y abordajes piteros.

Alergia al sombrero.

Sobre el origen de los recursos para esta millonaria compra, que seguramente se replicará en la bancada de MORENA en la Cámara de Diputados, desde cualquier punto de vista genera sospechas: de ser cierta la versión de Adán Augusto y fueron adquiridos con recursos propios, seguramente su origen es el grupo criminal La Barredora, en una demostración más de la garantía de impunidad a su servicio, y de haber sido financiada dicha compra con recursos del senado, pues igual al suplirse con faramallas la condición de becario del régimen del ahora residente de La Chingada.

Siete millones y medio es una muy buena lana como para operaciones en efectivo o por transferencias, aunque resulta remota alguna indagatoria por Unidad de Inteligencia Financiera y más remota aún por parte de la nueva Fiscal General de la república, Ernestina Godoy, metida hasta el cogote en los pactos de impunidad de la bola de rateros en la nomenclatura de la 4T.

Como decíamos, solo hay de dos sopas, Adán Augusto miente y el dinero salió del erario público o fue un patrocinio de La Barredora y ambas opciones están de la fregada.

El ensombrerado Alfonso.

En el Senado de la República andan de sainete en sainete, y ya ven lo ocurrido durante el foro «Cultura de la Seguridad Nacional y la Seguridad Pública» durante el cual, elementos de seguridad exigieron al dirigente de la CNC de la Ciudad de México, Rodrigo Lara, despojarse del sombrero para poder ingresar a las instalaciones de la Cámara Alta del Congreso de la Unión.

Reportan muy buena la alegata y posterior denuncia pública del afectado, quien se pitorreó del extremo temor del oficialismo por la tradicional indumentaria de buena parte de los habitantes de este país, por la posicionada imagen del sombrero tan representativo de la oposición luego de los trágicos acontecimientos en Uruapan, Michoacán.

Por supuesto que el líder campirano no se dejó y exhibió las rusticidades del personal del Área de Resguardo del Senado y al de identidad hasta ahora desconocida quien ordenara tamaña estupidez. “Que el resguardo nos venga a decir que nos retiremos el sombrero por protocolos, discúlpenme, yo sé que le tienen miedo al sombrero ahorita”, señaló, en alusión al “Movimiento del Sombreo”, del asesinado Carlos Manzo.

El sombrero “es parte de nuestra vestimenta, no es un disfraz, y nosotros, así como vienen los huicholes y vienen los indígenas, es parte de nuestro atuendo y es una falta de respeto que por el temor que tienen nos pidan que nos retiremos el sombrero”, les dijo a los integrantes de la comisión presidida por Manuel Añorve.

Fracasó cerrazón legislativa.

Miren, particularmente para originarios del Sonora Profundo, lo distintivo es portar sombrero por motivos de clima, por tradición o por simple gusto, y el mejor ejemplo es el gobernador Alfonso Durazo Montaño, a quien no nos imaginamos discutiendo con vigilantes del Senado o cualquier espacio del oficialismo por ese motivo.

De seguidilla con asuntos de instancias legislativas, de pronóstico reservado los efectos de la cerrazón inicial de quienes mandan en el Congreso del Estado de Sonora, de atender las exigencias y de forma personalizada de representantes del movimiento en contra de la construcción de la presa Puerta del Sol, negándoles el acceso a sus instalaciones.

A fin de cuentas, cedieron y vaya que apenas hicieron bien ante la creciente inconformidad de dicho grupo, ahora infiltrado por emisarios de sabe de qué parte y quizás promotores del desaguisado este martes en la sede del Poder Legislativo de Sonora.

No les fue bien porque en la caótica reunión realizada, debieron soportar maltratos Omar del Valle Colosio, Ernestina Castro y Raúl González de la Vega, integrantes de la comisión del Agua, destacando la ausencia del diputado Fermín Trujillo Fuentes, presidente de la comisión especial para tratar ese tema y a quien reportan agazapado con el asterisco bastante arrugado.

Diputados bajo presión.

En esa agria disputa en contra de la construcción de dicho embalse, esa reunión en el coso legislativo no aportó absolutamente nada positivo y solo exhibió por un lado la poca disposición al diálogo de parte de la dominante mayoría en el Congreso del Estado y por el otro, el acelerado proceso de radicalización de quienes se oponen a la construcción de esa obra hídrica.

Y la aprobación de la nueva Ley de Aguas en México, prendió el foco al neofascista inquilino de la Casa Blanca para amenazar con la imposición del 5 por ciento a productos procedentes de México para obligar al cumplimiento del Tratado de Aguas entre ambos países, que regula cómo ambas naciones deben repartirse el agua de los ríos Bravo y Colorado.

México debe más de 986 millones de metros cúbicos de agua a EE.UU y el 31 de diciembre tiene como plazo para que entregue más de 246 millones de metros cúbicos de agua, lo cual será imposible y ya veremos si el gobierno mexicano logra evadir ese nuevo golpe con una buena negociación.

Ese conflicto pone sobre la mesa el ya añejo proyecto de desalinización de agua del Mar de Cortés para abastecer ciudades de Arizona como Phoenix y Tucson y cuyos volúmenes podrían entrar en ese acuerdo de intercambio signado desde mediados del siglo pasado.

Desalar sobre la mesa.

Incluso, hasta donde conocemos la propuesta de construir una gran desalinizadora entre Puerto Peñasco y el Golfo de Santa Clara, se incluye el abasto del vital líquido para ciudades del desierto sonorense como Sonoyta, San Luis Río Colorado, Caborca, por supuesto Peñasco, entre otras.

En dicha propuesta que incluye evaluación de costos y cronograma de las obras, también hay un apartado para evitar la contaminación inherente al proceso de desalinización a gran escala, tecnologías que ya se aplican en grandes plantas del medio oriente.

Por su alto consumo de energía eléctrica, en la propuesta se prevé usar energía solar y eólica, así como nuevas tecnologías en membranas y sistemas filtración, además de gestionar la salmuera resultante diluyéndola y dispersándola adecuadamente, extrayendo sales útiles, y ubicar estratégicamente las tomas y vertidos para minimizar el impacto en la vida marina, estudiando corrientes y ecosistemas locales para un diseño sostenible.

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